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Própolis vs Murphy

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Este es un mensaje para el Sr. Murphy: si me estás leyendo, que sepas que llevo tres otoños y tres inviernos sin resfriarme.



¿Quien no conoce la Ley de Murphy? Sí, esa ley no escrita según la cual "si algo puede salir mal, saldrá mal". Esa ley que justifica infortunios como que cuando tienes prisa el semáforo siempre está en rojo, cuando tiras una cosa que llevabas guardando años y sin usar al día siguiente la necesitas, el bolígrafo que nunca escribe es el que esta al lado del teléfono, la cola del super en la que te pones se convierta en la más lenta, cuando tienes las manos embadurnadas de grasa te pica la nariz, el primero que se duerme ronca, la única vez que se cierra la puerta sola te has dejado las llaves puestas...Por no entrar (que voy a entrar) en el mundo runner. Don Murphy también se encarga de que el día que tienes el tiempo justo para tu entrenamiento de una hora el gps tarde 10 minutos en coger señal,  si te olvidas los guantes en casa haga un frío de narices, si eres mujer te venga la regla el gran día de tu maratón, al MP3 se le acabe la batería nada más empezar la carrera, el día que necesitas que tu marca quede homologada eres el único de los 20.000 participantes al que se le ha estropeado el chip...

La Ley de Murphy tiene mucha guasa, tanta que resulta que este buen hombre existió de verdad. Parece ser que se llamaba Edward A. Murphy, era ingeniero y su ley nació de unos experimentos destinados a probar la resistencia humana a una desaceleración brusca en casos de aterrizaje de emergencia. Pero como no he encontrado pruebas de que el colega corriera maratones y no quiero parecer la wikipedia, aquí lo dejo.

Entonces, ¿que tiene que ver Murphy con mis no-resfriados? Bastante, tiene que ver bastante...Y con los osos panda de Gonzalo también.

Ayer después de leer la entrada de Sosaku Runner "Running, osos panda y profesoras de primaria" me entró curiosidad por saber cuales eran las palabras claves en las búsquedas de internet que llevaban también a la gente hasta mi blog y...¡voilá!...la que ocupa el primer puesto es "própolis mercadona". Ahora entiendo las 2850 inexplicables (hasta el momento) visitas que tenía mi entrada "Própolis, el extraño caso de la abeja que nunca se resfriaba". 

De esta historia me quedan claras tres cosas:

Uno: a la gente no le interesan mis batallitas como corredora, ni mis anárquicos entrenamientos, ni mis carreras, sino los potingues que me enchufo, ya que la segunda entrada más vista es "Aporte de magnesio, porque y para que"

Dos: debería pedirle al Mercadona por lo menos un descuento en el própolis por la publicidad que le hago (el patrocinio creo que sería mucho pedir)

Tres (y aquí es a dónde quería llegar): dada la fecha en la que escribí esa entrada y que estamos recién empezada la primavera, me he dado cuenta de que llevo tres otoños y tres inviernos sin resfriarme. Es más, tampoco me ha pasado en las otras estaciones así que puedo afirmar que hace ya casi tres años de esta inmunidad. No sé si se lo debo al própolis que no me ha faltado en ningún desayuno (excepto en los meses de julio y agosto que descanso) pero el caso es que he mantenido hasta ahora los virus lejos de mí.

Y como ya sabemos del miedo maratoniano a resfriarnos o a enfermar las semanas antes del maratón, creo que se lo he puesto a huevo a la Ley de Murphy jactándome de mi buena salud. ¡Me la juego! En las próximas cinco semanas veremos a ver quien gana, si el própolis o Murphy.


Aviso: los pandas de Gonzalo dan para mucho. Incluso para otra entrada más.


21/02/2013

¡Como corren, que animales! (Faltan 5 semanas)

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Si Felix Rodriguez de la Fuente levantara la cabeza, corriera maratones y escribiera en un blog... me haría la competencia.



Ya lo avisé, los osos pandas de Gonzalo (Sosaku Runner) daban para otra entrada. No pude evitar la semana pasada investigar eso de "¿Cuanto corre el oso panda?". Me encontré con esta cifra: 20mph y me dije "pues claro, un ser tan amoroso y de aspecto cansino pero simpático y relajado tiene que ser lento. Tardando una hora para recorrer 20 metros, me parece a mi que lo que es correr no le debe gustar mucho". Al día siguiente me llevé las manos a la cabeza. Tonta de mí. La web donde lo había consultado era anglosajona y no hablaba de metros. ¡Hablaba de millas!. El bambú debe ser dopante. ¡El puñetero osito corre a 32 km/h! ¿Pero a donde vamos a llegar?

Desde que corro manejo con otra perspectiva las dimensiones del espacio y el tiempo. Antes lo que estaba a "bufff, hay que andar un rato" ahora está a "en 10 minutillos estoy ahí". O por el contrario, el "seguro que ya hemos andado más de 5 kilómetros" ha pasado a "solo llevamos 2 kilómetros".  

Cambiando esta manera de ver la distancia y el tiempo también me ha cambiado la de entender la velocidad. Así que saber que el oso panda correría un maraton en 01:18:46 despertó la mayor de mis curiosidades y he seguido consultando en el mundo animal sin atender a las variedades de especies. El tigre y el león no me sorprenden con sus 96 y 80 km/h respectivamente. La avestruz, con esa pinta de corredora cabreada tampoco, 74 km/h. Ni el caballo, 65km/h, ni el canguro 55 km/h.

¿Que hay de los que tienen que mover toneladas de cuerpo? Estos si me sorprenden, el rinoceronte 48, el hipopótamo 45 y el elefante 40 km/h. ¡Como para cruzar delante y sin paso de cebra! Y hablando de la amiga rayada...40 km/h

¿Y la jirafa? Midiendo casi lo mismo su cuello que el resto del cuerpo no es que tenga un aspecto muy atlético. Pues también corre que se las pela...48 km/h.

Esta bien, tendremos que medirnos con alguien más pequeño. La liebre no vale, que alcanza los 65 km/h. ¿Qué tal un pulpo?...Ni lo intenten. Salvo a la gallega, este tipo nos gana seguro. Su velocidad máxima es de  48 km/h. Y la de su primo el calamar por el estilo, 40 km/h.

Pasemos entonces a algo más doméstico ¿Tal vez una oveja? ¿No hay que contar ovejas cuando no puedes dormir? Pues si vienen esprintando yo perdería la cuenta a la segunda. La oveja tiene una velocidad punta de 40 km/h, como la vaca.

Mi alter ego, y esto lo tengo que decir con tristeza, tampoco me sirve de referencia. El pingüino menos veloz,  es capaz de correr alcanzar nadando los 20  km/h. (Corregido el 01/04/2013)

Al final he tenido que toparme con nuestro amigo el cochino para encontrar un digno rival maratoniano (para unos pocos)...17 km/h. Su marca en maratón sería aprox 02.29:00.

Pero estos animalillos no son más que "corredores amateur" cuando se trata de hablar del inigualable e inimitable guepardo, ni más ni menos que 112 km/h. ¿El animal más veloz del planeta? Pues no, señores y señoras. El animal más rápido del mundo....redoble de tambor...más redoble de tambor...¡El escarabajo tigre australiano! ¡¡¡¡810 km/h, la velocidad de un jet comercial!!!! ¡Es tan veloz que según dicen debe detenerse a los pocos centímetros porque se le pone la visión borrosa! Vamos, que se pone ciego de tanto correr. Pero en realidad esta cifra tiene "truco", y no se trata de dopaje. Al parecer el escarabajo tigre australiano es capaz de moverse a 2,5 m/s y como mide 20 milímetros, se desplaza a 125 cuerpos por segundo, lo que equivaldría a que un humano de 1'8 m de altura corriera a 810 km/h. Lo de volverse ciego es porque debido a la velocidad que alcanza, sus ojos no son capaces de recibir la cantidad suficiente de fotones necesarios para enfocar, por lo que debe detenerse repetidamente.

En fin...¡como corren, que animales! No lo intenten en sus casas.

No sé como lo hago pero casi siempre termino hablando de animales, será porque lo que es correr...como ellos...imposible. 




Fuente consultada: http://a-z-animals.com/

¿Aún quedan cuatro?

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El tiempo puede pasar volando o a rastras como una serpiente coja, todo depende del cabreo que se tenga. 



Hay varias cosas que me enojan profundamente, bueno son muchas, a decir verdad hay días del mes en que son casi todas, pero la que ocupa en estos días el top de mi ranking es la enojosa lluvia. No puedo con ella. En mi libro de instrucciones viene bien claro "mantener en lugar seco y luminoso". Así que con la que está cayendo día sí, día también, ando como un gremlin...de los malos y el más cabreado.

No me importa correr de vez en cuando sintiendo las suaves gotas de la lluvia resbalando por mi cara y saltando entre charcos mientras contemplo las nubes envolviendo la montaña y el agua que corretea entre los arbustos junto al camino...pero es que cuando se llevan dos horas, las suaves gotas son goterones infernales que no te dejan ver y que te cortan la cara con el jodido viento que se ha levantado, los charcos dejan de ser bucólicos porque los llevas dentro de las zapatillas, la montaña con esas nubes da miedo porque parece Mordor y que en cualquier momento te va a asaltar una horda de orcos, y el agua que correteaba entre los arbustos ya no lo hace junto al camino porque ya no hay camino, hay algo parecido que ni tiene nombre ni se lo voy a poner, en el que una piara de cerdos sería feliz pero yo no en mi tirada larga semanal. En fin, que si hay que ir se va y estas condiciones en una carrera hasta pueden ser divertidas y engrandecerla, pero ir pa'na, es tontería.

Con este humor ando, y desde hace algunas semanas (las que lleva lloviendo) con la sensación de que el reloj avanza lentamente cuando salgo a correr. Las tiradas largas parece que duran más que la infancia de Heidi y el calendario parece detenido cuando miro las semanas que quedan para el maratón. Y la verdad, no me gusta esta sensación. Me siento como una embarazada que está hasta los mismísimos del bombo y deseando parir, sin disfrutar en absoluto de la gestación. Espero que mi sentir cambie en estos días al igual que la climatología.


Fuente: Cultura Navalafuente
Detrás de toda esta palabrería queda mi semana de más kilometraje (ya sé que no es mucho, pero sí, es la mayor) incluyendo la que debía ser la tirada más larga, que aunque inicialmente estaba programada con 30 kilómetros, se quedó en 28, algo lentos (5'56''/km)  pero muy bien de media de pulsaciones (145).

El domingo por la mañana, sin lluvia, me quité algo de cabreo en la VII Carrera de fondo de Navalafuente con un circuito a dos vueltas por caminos, para completar 12 kms en 01:07:08. No es una gran marca pero le di algo de vida a mis piernas.


Por allí estaba de espectadora Belén (Pegasus corre, luego existe) con la que me alegró charlar un ratillo tras la carrera. Me da que a pesar de su "estrecha relación" con el asfalto, está preparando el Rock'n'Roll con más alegría que yo y que su debut va a ser a lo grande.


Y con esto, la natación del lunes y el par de "pequeñas" series del martes, queda cerrada la semana 14. O lo que es lo mismo...aún quedan 4.



Dicen que rectificar es de sabios aunque de necios hacerlo a diario, así que espero no tener que hacerlo muy a menudo. En mi entrada anterior ¡Como corren, que animales! hablaba, en clave de humor comparando con los humanos, de las velocidades máximas que alcanzan algunos seres en sus desplazamientos sin considerar su nivel de resistencia. No pretendía que un pulpo se pusiera conmigo en la linea de salida del maratón. Pero en los datos que daba me equivoqué al afirmar que un pingüino "es capaz de correr a 20 km/h". Ésta, y otras velocidades que se mencionan en los comentarios, son las velocidades que puede alcanzar nadando y que varían según la especie. Pido disculpas si algún pingüino, pingüina o allegados se han visto perjudicados por mi afirmación.

....Y otra vez que termino hablando de animales.







RetoDravet, ya somos 100...¿Te lo quieres perder?

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Todavía estáis a tiempo. Que el morado se vea bien en la Maratón de Madrid.

Aquí os dejo un recordatorio que RetoDravet quiere hacer llegar a quienes todavía no conocéis este proyecto solidario. En Madrid seremos unos cuantos formando parte de este equipo...¡y aún podemos ser más!


PRÓXIMO RETO: El 28 de Abril en Madrid 

Los morados CORRERÁN POR EL DRAVET. 

Unos correrán con la camiseta morada.

Otros agitarán sus globos morados a su paso.

RESÉRVANOS ESE DÍA.

Contamos contigo, 
con tus piernas…
con tus manos….. 
POR EL DRAVET. 
¡¡¡¡¡¡¡EQUIPO RETODRAVET!!!!!




Para correr con nuestra camiseta, sólo tienes que enviar un email: ana.hornos@dravetfoundation.eu

RetoDravet en Faceboock...AQUÍ



XIII Media Maratón Asics Villa de Madrid (2013)

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Como está el patio...En A Coruña una anciana se pasea con 15.000 € en una bolsa y le dice a la policía que son para pagar en la panadería, Whatsapp podría ser comprada por Google por 1.000 millones de dólares, exumarán a Pablo Neruda para saber si fue asesinado, el barril de petroleo en 2035 podría costar 135 dólares, Urdangarín recibe una oferta de trabajo para ir a Qatar, alguien corre la Media Maratón de Madrid sin motivación....En fin, lo dicho...¡Como está el patio!


La semana empezó bien pese a unas muy ligeras molestias que me dejó la carrera del domingo en la planta de los pies y que no me atrevo a llamar fascitis. Unas series el martes por debajo de 5' que me alegraron mucho y un rodaje el miércoles "probando" mi ritmo maratón con sensaciones buenas y con ganas de haber seguido. Los siguientes tres días descanso y ejercicios para aliviar la fascia plantar que parece que surten efecto. Se trataba de llegar en las mejores condiciones a mi segundo test premaratoniano, la XIII Media Maratón Asics Villa de Madrid.

Domingo 7 de abril de 2013

6:30 - Suena el despertador. Casi lo primero que hago es consultar la previsión del tiempo. Me obsesiona, sí. Hace una semana la previsión para hoy era de lluvia, ayer solo nublado y esta mañana... un frio de c******!!!! 

7:30 - Entro en el coche. El termómetro marca en mi pueblo 4º bajo cero!!!!

8:15 - Me bajo del coche junto al parque del Retiro. Hace frio....muuuucho frio. Hay gente con mallas largas y gorros de lana. A mi en distancias largas no me gusta abrigarme tanto, tarde o temprano me sobra. Voy en pantalón corto y camiseta de tirantes. Decido correr un par de kilómetros para calentar de camino a la puerta del Florida Park. He quedado allí con un amigo que correrá conmigo, y así aprovecho a ver si veo a Manuel (El Cuentakilómetros), Javi Pintos (Diario de una ilusión) y Estrella (Otra vez con el Run...Run), que es posible que anden por allí.

9:00 - Ni rastro de ninguno, y cuando estoy a punto de formar parte del paisaje del parque como "la estatua de aquella runner que murió congelada a la puerta del Florida park", llamo a mi colega. Me deja plantada, se acaba de despertar. Falta media hora para la carrera y no hay otra cosa que hacer...a calentar otro par de kilómetros.

9:30 - Dan la salida. La marea de corredores y corredoras es increíble  Cada año hay más gente. Me dejo llevar por el ritmo sin problema...por lo menos hasta el km 4 (20:04). A partir de aquí hay que esforzarse bastante para mantenerlo, vienen 5 kms en subida constante y algo me dice por dentro que hay que echarle demasiadas ganas y yo no traigo tantas. Esto es lo que se llama: MOTIVACION CERO.

Llego al km 10 en 51:39. Recuerdo entonces lo que un amigo me dijo esta mañana: "¡A partir de Mateo Inurria a por todas!". Pero ni Mateo ni "nurria"...MOTIVACIÓN CERO. A estas alturas ya se que mi carrera poco tiene que ver con la del año pasado, pero por el lado positivo me siento mucho más fresca y con pulsaciones que rondan las 160-165. Todo un triunfo para mí.

A partir del ecuador de la carrera vienen 5 kms de toboganes donde aprovecho las bajadas para redimirme de las subidas terminándolos en 25:12 y pasando el km 15 en 01:16:51. Hago mis cálculos y por un momento pienso que si le echo un poco de ganas todavía estoy a tiempo de acercarme a mi MMP. Pero nada...MOTIVACION CERO. Y es curioso, porque voy bien de fondo, con fuerzas, sin molestias y conozco como la palma de mi mano lo que queda de recorrido pero me resulta imposible tirar de mí más allá de lo que estoy dando. No me había pasado nunca y esto me sirve para entender hasta que punto la mente juega un papel trascendental en lo que hacemos.

Al llegar a las inmediaciones del Parque del Retiro, kilómetro 16, oigo voces de un corredor animando que se acerca por detrás.

"¡Coño, pero si es el globo del 1'50! ¿Tan mal voy'???"

Esto me saca por unos momentos de mi letargo y con él encuentro MOTIVACIÓN DOS. Los DOS kilómetros que me empeño en tirar por delante y sacarle algo de ventaja aprovechando además que vamos cuesta abajo (4'54''-4'47''). En medio de mi nueva tarea, "hacer de liebre de la liebre", me encuentro a Roman con su eterna sonrisa (Gacela de Vallecas). Cruzamos algunas palabras pero el globo me pisa los talones, casi me da en la cabeza en uno de sus botes, y continúo en mi empeño. Tiro lo que puedo y a punto de doblar la esquina que nos mete en la puñetera cuesta de Alfonso XII me adelanta. Entonces me desinflo y me rindo. Otra vez MOTIVACION CERO y parciales rondando los 5'20'' /km. Me encuentro de nuevo a Roman, que no se si me alcanza él a mí o yo a él, y volvemos a cruzar algunas palabras. Y si a estas alturas puedo hablar, esto me demuestra que no tiene nada que ver con mis llegadas agónicas de las dos ediciones anteriores.

Y llega el final, entrada al parque por el Paseo de Coches que a pesar de no ser triunfal me hace sonreír  gracias a los ánimos de la gente que abarrota los laterales. A pocos metros de cruzar el portalón de llegada levanto el brazo. No es mi mejor media maratón pero es otra a añadir a la lista...ya solo eso es motivo de celebración.



Según la clasificación, tiempo real 01:49:18. 





Es un pájaro, es un avión...¡Es Supercoco!

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Hola amigos y amigas, soy Coco y hoy les voy hablar de como prepara un muñeco azul y peludo un maratón, porque lo que es un humano todavía no conozco a ninguno que siga esta trayectoria.


En primer lugar hay que pensar en el número de semanas que se quiere entrenar. Las 16 del año pasado se me hicieron largas así que este año marco en el planing 18 y desde la 10 pido el tápering.
Como quiero llegar al gran día con  las mínimas molestias para continuar con los objetivos de la temporada que me esperan después, y el tiempo tampoco da para más, entreno lo justo y necesario, tres días a la semana intentando que sean de calidad. Calidad marca La Pingüina, claro está. Añado también algunos días de piscina...Quien dice algunos, dice unas semanas uno y otras ninguno...Por supuesto cuento con "hiponatremia para el cuerpo", "hace mucho frío", "me duele aquí"  y "me desmayo allá"...lo que se traduce en semanas de cero o poco kilometraje...Un par de pruebas de media maratón a las que ir con una pizca de desgana y...¡voilá! Tenemos un plan que a falta de dos semanas apenas llega a los 500 kms acumulados en algo más de cuatro meses y medio, y con muchos altibajos.




Pero si algo tiene la prueba del maratón, la hayas preparado como la hayas preparado, es una fuerza especial que irremediablemente te atrae con deseo hacia su centro, la linea de salida. Y lo hace metiendo mariposillas en tu estómago cuando miras el calendario y dosis de ilusión en tu cabeza que van creciendo a medida que se acerca la fecha. Como si fuera un imán, yo voy hacia ese centro sin remedio. Estoy enchufada y ya siento la chispa, esa que nos hará correr como hemos soñado mientras entrenábamos. Recordando los grandes momentos que viví el año pasado esbozo media sonrisa y entonces es cuando Coco comienza a transformarse en Supercoco y ya no hay quien me pare. 

Coco corre poco y mal... pero Supercoco vuela. Coco se salta entrenamientos, a veces es perezoso, duda, se confunde y casi abandona pero Supercoco tiene ganas de correr, de vencer al desanimo, de comerse el asfalto, de despeinarse, sudar y disfrazar su insensatez de gloria deportiva. Supercoco tiene ganas de ver las calles de Madrid pasar bajo sus pies, de hacerlo acompañado de miles de corredores y corredoras, y de sentir las voces sinceras de la gente animando como si fueran abrazos de apoyo.




Supercoco ya está listo. Supercoco ya tiene la capa puesta







El punto sin retorno

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Dicen que el maratón de Madrid es difícil. Dicen que por sus cuestas. ¿Cuestas? ¿qué cuestas?


He corrido solo un maratón y me basta para pensar que la dificultad de esta distancia no está en completar sus 42 kms, ni en el perfil del recorrido, ni en el tiempo que haga ese día, si hace calor, frío, llueve o hay viento.... La dificultad radica en saber correr los últimos kilómetros, y saber correrlos desde que corres el km 1. Cada paso que des y como lo des irá dibujando el verdadero perfil de ese tramo final. Para algunos puede ser de 10 kilómetros, para otros de 6. Pero para todos y todas ese tramo final comienza a partir de un punto sin retorno. 

Del tío del mazo te puedes librar pero del tío del punto sin retorno... no. Estará esperándote  en algún lugar para recordarte que "acabarlo es tu única jodida opción". A mi me esperó en el puente de San Isidro, junto al Vicente Calderón. Me quedaban 8 kilómetros. Sabía que venían las temidas cuestas de Madrid, pero aunque no hubieran existido, solamente la perspectiva de lo que me quedaba por recorrer me costaba igualmente. Supe entonces que el tío del punto sin retorno ya me había tocado en el hombro. Comenzaba allí mi verdadero maratón, ya no había que pensar, solo tenía que correr. 

El estado en el que se llega a ese momento es crucial. Es importante el entrenamiento de meses antes, tener  bajo control los dolores y molestias que hayan aparecido en la carrera, haber llevado una buena hidratación durante el recorrido...pero hay dos temas mucho más claves: la estrategia llevada hasta entonces en cuanto a ritmo se refiere y la fortaleza mental que se tenga. La primera permite seguir corriendo, la segunda no parar de correr

Avisados quedan. A la salida de la Casa de Campo se suele poner.



Esta semana que acaba ha sido la penúltima del plan, curiosamente una de mis mejores semanas. Las sensaciones han sido muy buenas, me siento fresca y con más chispa que en las anteriores, incluso diría que más que el año pasado.

El martes salieron unas series largas sin apretar hasta el fondo el acelerador pero cercanas a un "posible" ritmo maratón. El jueves una escalerita que mejora los ritmos de la realizada semanas antes y acabando menos cansada. Y el sábado como broche final, 11 kilómetros en la Casa de Campo al ritmo que marcaba la II Quedada KilómetrosXalimentos organizada por DrinkingRunners. Una gran iniciativa solidaria con la que recogen kilos de comida para el Banco de Alimentos.




Allí además, tuve la oportunidad de conocer a Manuel (El cuentakilómetros), compartir charleta maratoniana y comprobar que no soy la única "enchufada" de cara al próximo domingo. El virus del maratón de Madrid está en el aire y somos muchas y muchos los gratamente contagiados.

Y así llegamos a la semana sin retorno. Ya no hay mucho más que hacer, planchar la capa y sacarle brillo a las zapas. Por fin....solo quedan 7 días!!!!












Rock'n'Roll Maraton Madrid 2013. Resultado

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Mi segundo maratón....dolor, dolor y más dolor. No recuerdo que el año pasado doliera tanto. Diría que no vuelvo a correr un maratón en mi vida, pero nadie me creería, ni siquiera yo. Sé que en mi memoria se borrará este dolor y solo quedará la emoción, el esfuerzo, la superación y la gente que me animó y me ayudó a llegar. Así debe ser y así será. Por eso sé que aunque hoy dolió, ahora duele y mañana dolerá, volveré a correr otro maratón.



En estos momentos tengo sentimientos encontrados. Esperaba mejorar mi marca, siempre lo espero. Lo que no esperaba era empeorarla. Con más miedo que vergüenza deseaba bajar de 3'50 pero antes de llegar al kilómetro 10 ya sabía que eso no era posible. Para ello hay que entrenar lo que yo no había entrenado. No me falló la estrategia, de nuevo me salió otro maratón con una segunda mitad mejor que la primera, cosa nada fácil en Madrid. Tampoco me falló el fondo, ni mis pulsaciones. No fallo ni la gente de Madrid que a pesar del frío abarrotaban algunas zonas aplaudiendo incansablemente, gritando y hasta, según me han contado, llorando de emoción  a la entrada de el Retiro. Por supuesto, no me fallarón mis dos amigos David y Sole, al contrario, me acompañaron, estuvieron pendientes de mí cuando empece a desfallecer y me animaron hasta el último metro. No me falló nada y en cambio me falló casi todo. Me fallaron las piernas.

Pero el sabor agridulce se me va cuando recuerdo los momentos previos a la salida saludando a tanta gente ilusionada en la quedada de Correos, la cara de emoción de mi amigo Antonio en su primer maratón durante los kilómetros que le acompañé, los gritos, las sonrisas y saltos de mi gente esperándome durante el recorrido para animarme, la ilusión de mi padre corriendo cámara en mano mientras subía una cuesta para inmortalizar mi esfuerzo. Se me va cuando revivo el momento en el que dos amigas, Montse y Juana, corren unos metros junto a mí animándome en el comienzo del calvario de Alfonso XII  y sobretodo cuando vienen a mi mente los dos últimos kilómetros de sufrimiento y el generoso gesto de quien apareció y me acompañó también hasta la meta. Dos kilómetros que fueron los más duros que he pasado en mis siete años de corredora y sin embargo los más bellos.

Está claro, ¿como no voy a querer correr otro maratón?




Gracias a todas y todos los que dentro y fuera de este blog de alguna forma me apoyais y me animáis a seguir. Así es mucho más fácil, aunque duela, continuar corriendo.




PD: No os libráis de mi crónica épica. Continuará...



Cronica Rock'n'Roll maraton Madrid 2013

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El maratón es una prueba llena de magia.  Todos y todas corremos la misma carrera pero vivimos nuestra propia historia, no hay dos iguales. Sin embargo la esencia es la misma, la superación. Esta es la mía, la historia de mi segundo maratón o de como corrió La Pinguina Veloz ascendida a sargento el Rock'n'Roll Maratón Madrid.

07:45 Edificio de Correos
Llego nerviosa al punto de encuentro de la quedada tradicional. A decir verdad me enfrento a esta edición más nerviosa que el año pasado pero los nervios se van disipando a medida que voy saludando a tantas caras conocidas. Imposible nombrarlas sin correr el riesgo de olvidarme de alguna. También las hay por conocer...Javi Pintos que me regala una sonrisa que no le cabe en la cara, Barroso con su arte andaluz, Juan (JK) que sin yo saberlo en ese momento será de una ayuda impagable para acabar mi carrera, Alfonso  que me aborda con una entrañable simpatía, Pancho, con el que tengo oportunidad de intercambiar algunas palabras más que el día anterior en la Feria del Corredor, palabras que por cierto acabaré tragándome en los últimos kilómetros y...me falta uno...me falta...Doy un par de vueltas por allí... estiro el pescuezo... no lo veo... tiene que estar por aquí... sigo sin verlo... 

Cortesía de Gacelas de Madrid

Tras la foto de familia me encuentro con Celina y con Tania, no corren el maratón, al igual que Javi, al que tampoco he visto pero sé que está por aquí, y sin embargo madrugan un domingo frio, muy frio, para apoyarnos con su presencia. Un gesto de gran valor. Celina además me enseña sus pancartas hechas a mano y la pingüina que ha pintado en una de ellas y me deja sin palabras. ¡Cuanta buena gente me ha permitido conocer este deporte!

El reloj avanza y sigo sin ver al que me falta pero tengo que ir a buscar a mi amigo Antonio para hacernos la foto con el Equipo Dravet así que me voy de allí con la triste sensación de que han repartido caramelos a la puerta del colegio y a mi no me han dado.

Ya con Antonio vemos a un puñado de gente vestida con la camiseta morada del Reto Dravet, hay un grupo de chicos que parece una brigada, llevan un estandarte. Ni corta ni perezosa me cuelo entre ellos y busco mi hueco. De pronto oigo una voz:

- Usted si que no va a pasar frio, mi sargento.
- ¿Como?
- Uy, perdona te había confundido con otra persona.

Me rio. Que curioso, el año pasado estaba aquí como recluta (Con la fuerza de una novata) y en este ya me ascienden a sargento. Disparan la foto y feliz con mis nuevos galones me dirijo al campo de batalla.



8:50 Linea de salida. Km 0-5 (5'41''7km)
Se une David. De nuevo, en otra carrera, a pesar de ser un corredor de nivel y poder hacer un maratón con una gran marca, prefiere acompañarme y correr el mío. Otro bonito gesto que agradecer. Me pregunta por mi aspiración y le digo que me gustaría un 3:50 pero que tengo mis dudas de que sea asequible. 

Tengo frio, demasiado. Se que mi alter ego viene de tierras gélidas pero irónicamente a mi me sienta muy mal. A pesar de que la mayoría prefiere estas temperaturas para correr, yo presiento que me va a perjudicar.

Minuto de silencio por las victimas del atentado de Boston y dan la salida. Tras casi 6 minutos de andar, piso la alfombra, conecto el GPS y ya estoy en el frente. Comienza la lucha.

Corro el primer kilómetro tratando de adelantar gente y coger un buen ritmo. No es fácil  Demasiadas personas con distinto paso. Es la consecuencia de juntar tres carreras. 

Mis tropas siguen con frío  Sobretodo las de abajo. No exagero si digo que las puntas de los dedos de los pies van dormidas. Siento que las pantorrilleras me aprietan demasiado y que la circulación de mis piernas no va como debería, pero trato de no pensarlo y confiar en que no tardaré en entrar en calor.

En el km 2 me quito la sudadera vieja que llevo y David se acerca a uno de los márgenes para tirarla. Subimos la Castellana, Antonio va feliz, se nota que es su primera maratón y me contagia, me ayuda a no centrarme en lo incómoda que voy. Pasamos el Bernabeu y las tropas del 10.000 se alejan entre aplausos. Se abre algo de espacio pero apenas se nota.

Km 5-10 (5'42''/km)
Llego al km 5 en 28:30 y sigo sin entrar en la carrera. Desde el corazón el cabo primero me informa de que ya tengo picos de 170 pulsaciones, la guardia baja sigue avisando de la opresión de las pantorrilleras y desde el centro de evacuación el cabo mayor da la alarma. No tengo más remedio que parar en la misma calle donde paré el año pasado y proceder entre dos coches a la maniobra que los soldados masculinos realizan fácilmente en cualquier esquina perdiendo menos tiempo. 
David y Antonio se solidarizan conmigo y con sus vejigas y tras un par de minutos reanudamos la marcha juntos.

Mis tropas tratan de avanzar acelerando el paso y buscando ganar ritmo. David tira de ellas y  caen un par de kilómetros a 5'20''. Pero al paso del km 8 veo que hay que cambiar de táctica y objetivo. Ya he peleado en este campo y no puedo perder los galones ganados. Este maratón no es para ir raspando segundos, el menos a más es un ataque suicida. Lo inteligente es mantener el ritmo adecuado y el mío sigue siendo el 5'40''.

- David, el 3:50 se ha escapado. No vamos en tiempo, voy incómoda de piernas y llevo las pulsaciones muy altas. Me conformo con mejorar ligeramente el sub 4 que hice el año pasado.

Llegamos al km 10 en 57:09

Km 10-15 (5'40''/km)
Antonio sigue disfrutando. Llegamos a su barrio y es todo sonrisa. La animación ya se empieza a notar. Cuatro Caminos es la primera fiesta. Sin darme cuenta ya he entrado en carrera, ya no tengo ganas de quitarme las pantorrilleras. Mis tropas vibran y choco manitas de niños y niñas al grito de "¿Dónde están esas manos de campeones?" y bajo Guzman el Bueno aplaudiendo a la gente que nos aplaude y dando las gracias. La calle es algo estrecha y abro una brecha de avance por la acera con David y Antonio. No somos los únicos. Ahora si que me siento a gusto. Y acera abajo me dejo caer cuando oigo a una señora algo de no se que "carpet". Pero continuo, creo que se lo decía a otros. Miro el Gps y veo que ya hemos pasado el km 15 cuando de pronto:

- Eeeeeeh, que os habéis pasado la alfombra!!!!!
- ¡Coooooño! ¡¡¡¡The carpet!!!! Si estaba claro

Media vuelta. Nos toca subir un tramo de la calle para entrar en la calzada y pasar por la "carpet" como buenos soldados en 01:25:09

Km 15-21 (5'37''/km)
Por fin llega la madre de todos los tramos de este maratón: el centro de Madrid. Que caras tan diferentes llevamos en estos kilómetros. Es hora de disfrutar antes de que el paso por la media empiece a borrar nuestras sonrisas. Además llega mi primer chute de animación, mi gente estará al final de la calle Fuencarral. Calle cuya zona peatonal asalto al grito de "¡La calle es nuestra!". Acelero sin que mi caballería se desboque y al fondo los veo, como hace un año, con la misma ilusión y las mismas ganas, gritando como locos subidos a un banco. Es tal el escándalo que montan que toda la calle les mira. ¡Que grandes! ¡Que suerte tengo! Me llevo la buena dosis de energía que me han dado hasta el km 26 donde volveré a verles.


Continúo por Gran Vía y me siento como si fuera la primera vez que vivo un momento así. Corriendo por el centro de la avenida, con algunas de las fachadas mas bonitas de esta ciudad como testigos. A los lados hay mucha gente, más que el año pasado. Y la animación aumenta en Callao y en Preciados. Los aplausos, las manos levantadas con móviles grabando, los gritos de ánimo. Si alguna ventaja tiene la minoría de mujeres que corremos un maratón es que en seguida se nos localiza entre tanto varón, y las voces de "¡Esa chica, vámos!" se repiten continuamente. 

Al paso de Preciados vivo un detalle que me gusta mucho. Veo unas niñas paradas con la mano a medio extender y las animo. Surte efecto y me chocan la manita sonrientes. Según me alejo puedo oir como la madre o quien las acompaña les dice: "¿Habéis visto? ¡Una chica!". ¿Por que me gusta este detalle? Porque sé que la participación femenina en el deporte es minoritaria y no creo que sea cuestión de gusto o preferencias, siempre he creído que es cuestión de educación, concienciación y visibilidad. Semillas como esta, que parecen insignificantes, sumadas unas con otras, estoy convencida que dan sus frutos. 

Y dejando a un lado este speech feminista-deportivo que me he marcado, continuo...

La Puerta del Sol y la calle Mayor tampoco se quedan cortas en animación, al contrario. Y una vez el público se va disipando a medida que avanza la calle llega hora de pasar revista a mis tropas. En breve alcanzaremos el km 20. No hay ninguna señal de alarma en cuanto a cansancio y pulsaciones (145-150), todo se mantiene estable, sin duda el ritmo que llevo es el indicado. Pero me informan que ya tenemos alguna baja en la zona de la ingle derecha. El aductor, el puñetero aductor que siempre me trae de cabeza. Se viene quejando desde el km 15 levemente pero ha ido en aumento. Aprovecho que pasa junto a mi una patinadora de asistencia y le pido gel frio. Me da una muestra que me extiendo en la inglé y a seguir.

Llega el Palacio Real, colofón de este tramo turístico. Allí me encuentro con Román (Gacela de Vallecas), al que creo que adelanto (¿o me adelanto él  a mí?). Y después la calle Ferraz con el arco del ecuador de la carrera. Llego a la media en 01:59:06

Km 21-25 (5'38''/km)
Esta parte del recorrido es la más aburrida para mi. Atravesamos el parque del oeste con una gran bajada donde trato de no acelerarme demasiado. Recuerdo aquí que alguién que corrió el año pasado me pidió que le dedicara este kilómetro (para ti Ciry). Y llego al km 23 donde espera Sole, una amiga que se une a nosotros para ayudarme también con la última parte de la carrera. Aire fresco que me viene muy bien para encarar la avenida de Valladolid. Avenida larga y tediosa en la que la retaguardia me vuelve a informar de daños, al aductor derecho tocado se unen los isquiotibiales. Un corredor que reconozco de la Madrid-Segovia entabla conversación conmigo y me recomienda parar a estirar pero mis planes siguen siendo los mismos, aguantar el ritmo, aguantar las molestias, aguantar y aguantar. Es pronto para una tregua. Y en medio de mi cerrado planteamiento Antonio se acaba quedando atrás, lleva muchas molestias en una rodilla y mi ritmo en esos momentos le perjudica. Se que es un auténtico luchador y no dudo que lo conseguirá. De hecho lo consiguió, un estupendo 4'07'' en su primer maratón.

Glorieta de Principe Pio, gente agolpada a ambos lado, gente y más gente y en medio, la mía. De nuevo los que más gritaban y animaban. 



Con sus aplusos llego al km 25 en 02:21:06 dispuesta a entrar a la casa de campo sin miedo pero con respeto.

Km 25-30 (5'38''/km)
En la bajada a Madrid Rio oigo una voz desde el público. Es mi padre que se esta haciendo su propio maratón para seguirme y hacerme fotos. Una sonrisa más y a concentrarse. En los próximos kilómetros solo sirve la concentración para no ser arrastrada por los ritmos que empiezan a decaer alrededor, por los jadeos y algunos lamentos. Y no es fácil. Sin yo quererlo mis tropas se pasan revista solas y me dicen que los cuadriceps van muy cargados, que hay riesgo de más bajas. En la Casa de Campo todo se escucha y mis propios pensamientos salen a la luz.

-Creo que voy a sufrir mucho en esta carrera.

Sole los escucha y me pone en mi sitio.

-No es hora de pensar eso Yolanda. Fuera pensamientos negativos.

Le doy la razón y vuelvo a mi estado de concentración. Cada vez me va costando más mover las piernas pero sigo con el ritmo fijado. Un dos, un dos, un dos...Como un metrónomo. Clavándolo. No me importa si subo o bajo. Ni siquiera me importa el resultado de la suma de mis ritmos. Solo me importa la zancada fija que he pillado. 

En medio de mi desfilar vuelvo a encontrarme a Román y juro que esta vez si que no sé si venía de atrás o de delante. Empiezo a pensar que las gacelas se teletransportan. Saludo, me despido y continuo.

De repente caigo en la cuenta de que mi amiga Bea me dijo que estaría en la Casa de Campo para animarme. Lamento que no me dijera en que árbol porque los kilómetros pasan y ni rastro. Tampoco de Javi, que también suponía encontrar.

Llego al km 30 en 02:49:19. Llego algo abatida, con las piernas mucho más cargadas de lo que esperaba, habiendo pedido a todos los patinadores que me encontraba gel frio y sin éxito.

Km 30-35 (5'38''/km)
El mal humor se apodera de mí. David y Sole van charlando. Les oigo que hablan de próximas carreras a las que apuntarse y eso me irrita muchísimo. Me cuesta mandar a mis piernas que mantengan el ritmo y me hablan de correr una carrera de 20 kms con 2000 metros de desnivel. ¡¡¡¡En el km 31 de un maratón!!!! Les suplico que no me hagan tremenda propuesta ahora y como en la Casa de campo todo se escucha, un par de corredores que vienen detrás se unen a mi causa.

David me anima, me dice que no voy tan mal. Sole compara pulsaciones conmigo, yo las llevo más bajas. 

Vuelvo a concentrarme, si no me concentro los demonios hacen de las suyas. No puedo hablar, solo mirar al frente. Como un burro con orejeras avanzo y llego a la cuesta que nos saca de allí enseñando colmillos.

-¿Enseñando colmillos? Oh, oh. Está al caer. Y antes de lo esperado.

En el km 32 están de nuevo mis amigos. Retraigo colmillos y sonrío. Es lo mínimo que merecen. También está mi padre. Me regalan sus ánimos y unas cuantas fotos para el recuerdo.



Pasado este punto de apoyo, en el km 33, le veo a lo lejos con su pancarta, el tio del punto sin retorno. Se ríe. Me dice que ha estado a punto de ir a buscarme a la Casa de Campo, que mis colegas se lo han impedido, que a ver si tengo ovarios de acabar esto, que aquí empieza el verdadero maratón

Agrupo a mis tropas y les informo que empieza la batalla de verdad, que lo demás han sido escaramuzas de pacotilla. Que no hemos llegado hasta aquí conservando el ritmo sin arriesgar nada para ir perdiéndolo en los próximos kilómetros. Que aunque digan que pararse a andar no importa, yo quiero acabar esto como lo empecé, corriendo. Llegó la hora de la verdad, la hora justa. Doy la orden de solo correr, SOLO CORRER.


Alcanzo el km 35 en 03:17:17. 

Km 35-40 (5'42''/km)
El dolor de los isquiotibiales de ambas piernas ha ido en aumento, al pasar la alfombra del 35 pido un poco de reflex. La sobrecarga de los cuadriceps no tiene remedio y el aductor se que irá a peor con las subidas.

Y vamos con la primera, la más empinada, doña cuesta de la C/ Segovia, que además se que allí están otros amigos. Acorto el paso, saco el metrónomo y la música del MP 3 se alía conmigo ayudándome a subir a golpe de Swedish House Mafia y su Greyhound. Pim, pam, pim, pam, pim, pam...ya estoy arriba. Ha dolido menos de lo que esperaba. Veo a Diana y a Dani que me animan y sigo.

Segunda cuesta, el señor Paseo Imperial. Vil paseo, ya te conozco. Largo y suavemente tendido. Solo es cuestión de aguantar. Está ya duele algo más.

Tercera cuesta, otro señor paseo, que ironía, el Paseo de Acacias. Recuerdo que el año pasado subía por aquí pasando calor. Ahora ni frío ni calor. Sole me dice que mire al fondo y fije mi meta en el Museo Reina Sofía. Pero el Reina Sofía no se acerca y siento el dolor del aductor derecho como una guja que se clava en la ingle cada vez que subo la pierna. La canción que sonaba se acaba y el enemigo aprovecha para colarse en mi mente. Pierdo la concentración y recuerdo haberle dicho a Pancho en la quedada que las cuestas de Madrid no eran para tanto. Masco mis palabras y me las trago.

Mi retaguardia vuelve a informarme, hay daños y bajas en las lumbares. Toca encarar la cuarta cuesta, doña Ronda de Valencia. Sigo mirando el Reina Sofía, ya parece que se acerca. Miro también al pasar, el punto donde quedé con otros amigos. No les veo. Más tarde me informarán que estuvieron y que a mi paso los que estaban delante suyo extendieron una pancarta tapándoles.

Y por fin llego a Atocha sin poder volver a concentrarme. Sole dice que ya está hecho pero mi cabeza ha olvidado la arenga del km 33 y no hace más que decirme que me pare, que para que seguir con este dolor.

Veo a la animación del Reto Dravet con sus globos y me jalean al pasar. Eso ayuda. Y avanzo y veo a Celina que también me anima. Y eso ayuda más. Y antes de girar y entrar en la quinta cuesta, calle de don Alfonso XII, veo a mi padre, a Montse y a Juana que se arrancan a correr junto a mí los primeros metros. Mi padre incluso me adelanta para sacarme una foto. Y esto también ayuda. Sin darme cuenta la parte dura ha pasado. Queda lo peor.


Km 40-42,195 (5'43''/km)
Lo peor de correr con algún dolor (por supuesto no hablo de lesiones graves), no es el dolor en sí, es la resistencia que ofrece tu mente frente a tu decisión de no pararte. La fuerza puede ser tan grande que incluso a la misma puerta del Retiro a falta de 400 metros me hubiera parado. No lo hice y en gran parte se lo debo a quienes me acompañaron, en especial a la liebre que le robe a Barroso.


En el kilómetro 40 oigo una voz por detrás que me nombra. Ni me giro. No puedo. Solo quiero llegar. No se ni como le doy la orden a mis piernas para que sigan y tengo la sensación de que si atiendo otra cosa esa orden se cortara. La voz me adelanta, es Juan (JK) que va acompañado a Barroso. Le veo muy bien enchufado. Me animan para que siga con ellos. Imposible, no puedo acelerar ni una milésima de segundo más. Ni sabiendo que son los dos últimos kilómetros. Me da rabia, no voy cansada pero muscularmente voy bajo mínimos. Creo que ya no me quedan tropas, esta sargento se ha quedado sola con su mente.


Barroso tira, va muy bien, y le digo a Juan que siga con él, pero se queda conmigo. Apenas nos conocemos y que deje a su amigo para acompañarme a mí hasta la meta, animándome, me parece una muestra de extraordinaria generosidad. Por unos momentos olvido hasta lo que me duele. 

Juan detrás con la camiseta del Reto Dravet

No recuerdo cuando pasamos la puerta de Alcalá, solo recuerdo una calle O'Donell interminable. A Sole a mi izquierda, a David delante tirando de mi y a Juan poniéndose a mi derecha y diciéndome cosas para animarme a no soltar el cuchillo. Recuerdo apretar los dientes. Recuerdo todavía un último pensamiento tentador de pararme. Recuerdo cruzar la puerta del Retiro con ganas de llorar, la meta al fondo, la animación de la gente. Recuerdo no poder apartar la vista del frente pero ver por el rabillo del ojo como Juan se giraba de vez en cuando. Y de pronto, a falta de 50 metros recuerdo sentir una paz especial, la paz que da la certeza de conseguir al fin, algo que ha costado mucho. Una clase de paz que solo he sentido al cruzar la meta de un maratón. Es fugaz, efímera y apenas aparece se esta yendo, pero es intensa, profunda y deja huella para siempre.

La espontaneidad y las muestras de afecto físicamente nunca han sido mi fuerte pero nada más cruzar la meta me invadió tal alegría que le pegué un enorme abrazo a Juan, a Sole y a David. No sé lo que hubiera hecho sin ellos, sé lo que hice teniéndoles a mi lado y se que no habría sido mejor.


Tras la llegada, al rato de deambular entre zombies, volví a encontrarme a Roman (Gacela de Vallcas) con Gonzalo (Gacela de Retiro). No hace falta decir que por supuesto ni idea si estaban ellos allí antes o llegaron después. Estaban y se acabó.



Y antes de salir de aquel campo de concentración, este maratón todavía me deparó una sorpresa más, conocer la cara de spiderman. Esperando en la fila para que me dieran la medalla me reconoció. Soy muy fan de su blog "La liebre y la Tortuga" y su manera de contar las cosas, sin pelos en la lengua y con humor  ácido del bueno. Fue un placer poder saludarle.


El Rock'n'Roll Maratón Madrid 2013 ha dejado muchas cosas que desear en cuanto a organización. Numerosos los fallos que esperemos traten de enmendar en la próxima edición. Confiando en ello, yo me quedo con todo lo bueno que me ha dejado, galones incluidos.




Pensando en vacaciones... y en correr

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El marathon blues siempre se ceba conmigo. Las notas del más lánguido y triste se cuelan en mi quehacer diario y acabo cediendo a la pereza y la desgana. Ya no se correr con regularidad sin alguna meta a la vista así que soy carne de cañón para dejarme embaucar por este síndrome y muy a mi pesar colgar las zapatillas durante algún tiempo. Pero esta vez le puse remedio antes de que llegara.

Mi recuperación física después de los objetivos que me propongo cada vez es mejor y en menos tiempo pero la recuperación mental sigue siendo mi asignatura pendiente. Siempre me queda un vacío, algo de tristeza y una sensación de abandono extraña que no cura ni una salida cochinera por la montaña escuchando los pajaritos en busca del flow.
Tras la Madrid-Segovia de 2011 casi no levanté cabeza hasta tres meses después. El maratón de Madrid del año pasado me dejó con las mismas ganas de correr que a una lechuga. Participé en algunas carreras pero la sensación de desgana seguía ahí. Lo de ir a otras carreras ayudaba pero no terminaba de solucionarlo. Es como cuando pruebas croquetas caseras ricas, ricas....están buenas pero como las de tu madre no hay ninguna (tenía que colar este guiño, que es el día de la madre). Así que tuve que plantearme otra Madrid-Segovia para volver al tema con ilusión y regularidad. Pero este año no me vuelve a pasar. Ya sé de que va la canción y tengo claro lo que necesito para seguir corriendo: unas vacaciones y tirarme en la playa.



Desde hace meses estoy inscrita en una competición que se llama Formentera to Run. Es la quinta edición y se compone de 5 etapas puntuables de trail por algunos de los rincones más bonitos de la isla. Las etapas son de 9, 8, 12'5, 8 y 21 kms en días consecutivos empezando el 26 de mayo.

Soy consciente de que no tengo tiempo para seguir un plan de preparación específico para esa fecha. En las tres semanas que me quedan me limitaré a abandonar completamente el asfalto y llenarme de polvo por los caminos cercanos, en las horas en las que pegue más el sol para ir aclimatándome y con salidas que no superen la hora. Tiraré de fartleks y progresivos para ganar algo de chispa y cambiaré piscina por bici para cruzar entrenamientos.

Este año el blues no me pilla...y si lo hace...¡hamaca y caipirinha!


Mi fotografo favorito

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Mi fotografa o fotógrafo favorito no es la inquietante nostálgica Sarah Moon, ni el elegante voyeur Helmut Newton, ni Elliott Erwitt con su insólito humor, ni la retratista cool de gente cool Annie Leibovitz. Mi fotógrafo favorito no trabaja para ninguna revista ni cubre guerras perdidas, no desviste modelos ni viste bastidores, no recibe premios ni homenajes. 



Hay quien un día se pone unas zapatillas y descubre una pasión. Él se colgó una cámara. Fue hace tres años. Yo me ataba esas zapatillas para correr canicross y él disparaba. Carrera tras carrera siguió disparando. No había heridos, nadie moría, al contrario, allí nacía su idilio con el obturador. 

Después vinieron las montañas, los rascacielos, flores, escaleras, cascadas de agua, cisnes aterrizando sobre el agua, rayos cayendo del cielo...Y hablar de fotografía, de las que había hecho y de las que tenía por hacer. Y apuntarse a un curso de fotografía y volver a hablar de fotografía, del trípode que se había comprado o del objetivo por comprar...







Esta semana ha presentado algunas de sus fotos a la convocatoria online de un certamen dirigido a nuevos fotógrafos. Se trata del certamen Absolut Porfolios. Su trabajo se titula "Fuente de vida". Dejo aquí abajo el enlace donde se puede visitar y donde serán bien recibidos los votos de aquellos y aquellas a quienes os guste.


Mi fotógrafo favorito no es un pro, es un popular, como yo. Dispara, captura y hace fotos sin buscar más que el disfrute de hacer lo que le gusta pero sin olvidar la búsqueda de un "cada vez mejor". Mi fotógrafo favorito se llama Felipe Gil y es mi papá. Habla de fotografía...sí, a veces solo de fotografía. Pero yo también hablo de correr...a veces solo de correr.

En busca del flow perdido

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En la sala de espera de mi fisio hay revistas. En la peluquería también, te hacen esperar y hay revistas. Hace un mes visité la consulta del fisio. Esperé. Todavía recuerdo lo que leí. Hoy me he cortado el pelo, he esperado y he leído pero no recuerdo el que. Las revistas de mi peluquero no hablan de nada, las de mi fisio de la NADA.


Al principio de los tiempos había NADA. La nada asusta. La nada es ausencia, no ser, carencia absoluta...Pero la nada también puede ser paz, serenidad, equilibrio...Puede ser un lugar y un tiempo sobre el que construir, reconstruir y deconstruir.

Al principio de los tiempos, cuando no había planes, ni objetivos, ni metas que superar...cuando ni siquiera mis zapatillas parecían de correr, ni mi reloj me cantaba los kilómetros, ni nadie preguntaba por mi siguiente carrera, corría porque SI. Corría por NADA y era estupendo. Ahora me resulta difícil hacerlo. Lo más parecido a ese principio de los tiempos es lo que hago en estos días. Tras el maratón de Madrid y hasta nueva orden de preparación salgo a trotar sin ninguna aspiración, sin NADA que cumplir, ni ritmos, ni tiempo, ni distancia. Sé que de seguir así mucho tiempo no tardaría en aburrirme pero ahora necesito esta forma de correr. Busco encontrarme de nuevo con el flow.

Al principio de los tiempos, cuando casi ni los fisio existían pero si las peluquerías, me encantaban las películas de espías y detectives. No me gustaban por su intriga y suspense, a decir verdad, la película en sí era lo que menos me importaba. Lo que a mí me gustaba era el artilugio fotográfico, el momento "alta tecnología", esa secuencia en la que el protagonista se adentraba en una oficina oscura, encontraba lo que solo él sabía que buscaba, sacaba una minúscula cámara y hacía fotos sobre importantes y extraños documentos. Yo deseaba tener una de esas. O llevar un boli-cámara en mi bolsillo, encontrar los papeles que cambiarían el mundo y estar ahí para sacarles la foto. Pero el mundo siguió dando vueltas sin cambiar y yo crecí. El boli-cámara y mi futuro como espía nunca llegaron pero si algo parecido. Fue en mi visita al fisio. Esa de la que hablaba al comienzo de esta desordeNADA entrada.

Aquel hombre me dijo que esperara un momento. Algo me hizo presagiar que no sería un momento cualquiera. Di dos vueltas a la estancia. Leí sus diplomas y sus trofeos. Suficiente para saber lo que necesitaba saber. El tipo sabía lo que se traía entre manos y corría más que tu y que yo. Así que me relaje, me senté y cogí una revista. A simple vista parecía normal pero no era cualquier revista. Era una revista normal para corredores, Corricolari. La hojee. Fotos de carreras, crónicas de carreras, anuncios de carreras... y de pronto encontré un documento revelador. Estaba en la sección de opiniones. Opiniones de corredores como tu y como yo. Hablaba de la NADA, el secreto para correr y ser feliz, la descripción más certera y honesta que nunca había oído sobre el flow. Esto había que compartirlo, no podía quedarse allí. Pensé en guardarme la revista en el bolso, pero no cabía. Miré el reloj de la sala, llegaba mi hora. Por el pasillo escuche los pasos del fisio que se acercaba. Acompañaba al paciente que iba antes de mí hasta la puerta. ¿Y si arranco la hoja? No, una buena detective no va dejando pistas tras de si. Entonces me acordé, era mi gran oportunidad. Por fin, treinta años después mi juego de espías tenía algún sentido.

- Vamos Yolanda, eres la siguiente. 
- Sí, un momento que apago el movil.

Aquel hombre era un buen fisio. Hacía pocas preguntas, mucho daño y cobraba lo suficiente. Volví en otra ocasión. La revista ya no estaba. No me importó, tenía en mi poder la información que necesitaba. La información que completa el círculo.

Hoy me corté el pelo. Hay mujeres que dicen ¿me ves algo distinto? ¿no lo notas?. Yo no hago preguntas trampa. Cuando digo que me he cortado el pelo no necesito preguntar NADA. Pero esta vez si necesitaba algo. La extraña que me miraba desde el escaparate de enfrente me hizo volver a casa, ponerme las zapatillas y salir a correr porque SI. Quería airearme, llegar a un acuerdo con mi cuerpo y mi mente. Y llegó. Por fin llegó el flow. Llegó el acuerdo y el recuerdo. Sabía que aquellas palabras que leí y fotografíe, algún día darían sentido a todo este sinsentido.










Con la maleta a otra parte

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¿Alguién en la sala que sepa hacer maletas? Ni me gusta ni sé. Odio hacer maletas. Hay quien es capaz de hacerla una hora antes de salir de viaje. Yo necesito casi una semana. Y para rizar el rizo hay quien es capaz de hacerla una hora antes y no olvidarse nada. Yo me olvido hasta de la maleta. 



Mi cerebro desde hace cuatro días ha reducido su actividad y concentrado todos sus recursos en hacer el equipaje. Que mi jefe me manda un trabajo extra...no importa...lo importante es que no se me olvide la toalla. Que se ha estropeado el ascensor y vengo de la compra con miles de bolsas...no importa...lo importante es que todavía no he metido las zapas de correr...además subir escaleras es entrenamiento. Que Aznar dice que va a volver a la política...no importa...lo importante es poder cerrar la maleta.

La mayoría de corredores y corredoras somos muy metódicos. La noche anterior de una carrera dejamos todo lo que vamos a necesitar preparado para tenerlo listo al levantarnos y no olvidarnos nada. Yo soy una de ellas. No faltan ni los imperdibles. Así que hacer una maleta para viajar y participar en una competición es una tarea ardua. Si la competición es de cinco carreras la tarea además se complica. Pero lo que ya remata la jugada es la aparición de los "YSI"

Y si el terreno no es muy escarpado...zapatillas de montaña pa'fuera.
Y si el del tiempo se equivoca y hace fresco a las 9 de la mañana...mallas piratas pa'dentro
Y si se me cargan mucho las piernas después de tres carreras...compex pa'dentro.
Y si en el aeropuerto no me dejan pasar con un electroestimulador en el equipaje de mano...compex a la maleta para facturar.
Y si me abren la maleta y me roban, que hay mucho chorizo suelto y no sería la primera vez...compex se queda en casa.
Y si quiero ir relatando día a día mis etapas en el blog...portatil pa'dentro
Y si me dedico a la tumbona y al mojito y dejo las tareas blogueras para cuando vuelva...portatil pa'fuera

Ya he rehecho el equipaje cuatro veces. Creo que con otro par estará listo. (Que no se me olvide la crema para el sol)

Formentera to run arranca el domingo. La isla es bastante llana y los recorridos no presentan grandes acumulaciones de desnivel. La mayoría de las carreras discurren por caminos de tierra, una de ellas con algún tramo por la playa (¿Debería incluir las polainas?). La dificultad de esta prueba radica en la recuperación, en la dosificación de fuerzas, en la capacidad del cuerpo para estar listo al día siguiente para seguir corriendo y que el cansancio acumulado día tras día impida, lo menos posible, llegar a la media maratón de la última etapa en buenas condiciones y con hambre de kilómetros. (¡Los geles! Meteré dos).

Domingo 26 - 18:00 - 10 kms - Pilar de la Mola
Lunes 27 - 09:00 - 8 kms - Cap de Barbaria
Martes 28 - 09:00 - 12,5 kms - Estani des peix
Miercoles 29 - 09:00 - 8 kms - La Savina
Jueves 30 - 09:00 - 21 kms - San Fancesc - faro de La Mola

No tengo más objetivo que el de pasarlo bien y sobretodo tomar contacto con este tipo de competiciones por etapas. (¡Dios, el Garmin! Lo olvidaba) No he corrido mucho estas semanas y desde la maratón arrastro todavía leves molestias en el aductor derecho. No voy con la idea de exprimirme pero ya sabemos el poder que ejerce el "efecto dorsal". Todo puede suceder. El segundo día igual ya estoy picada con Martin Fiz.

Os dejo, que  acabo de recordar que no he metido el flotador.







FORMENTERA TO RUN 2013 - Etapa 1 y 2

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ETAPA 1 - Pilar de la Mola
Formentera to Run arranca desde el Pilar de la Mola, un pueblo interior situado en la zona más alta de la isla y en uno de sus extremos, próximo al Faro de la Mola, que veremos en la 5ª etapa, pero en esta ocasión la carrera se desarrolla por pistas y senderos interiores entre zonas de cultivo y atravesando frondosos bosques de pinos.
El recorrido es de 9,25 kilómetros.

MI CARRERA

Son las 17:30 y ya tengo mi pettorale puesto. Aquí todo el mundo habla italiano. El speaker también. Bueno, todo el mundo menos Martin Fiz, al que veo tras unas motos, y yo. Mas tarde descubriré que hay mas participantes españoles, pero pocos. A mi alrededor veo mujeres, muchas mujeres. Me resulta extraño. Estoy acostumbrada a la presencia masiva de hombres en las carreras. Somos pocos los corredores y corredoras apuntados a esta aventura, no creo que lleguemos al centenar, pero me atrevería a decir que más del 50% son mujeres.

Se acerca la hora de la salida y estoy nerviosa, como de costumbre. Hace bastante calor, por lo menos tomaré algo el sol mientras corro porque desde que llegué a Formentera las nubes me lo han impedido. Me pregunto cual será el nivel a mi alrededor. Veo cuerpos delgados y esbeltos y empiezo a temer llegar de las últimas.

La organización nos da una pequeña charla explicando las características del recorrido en italiano. Mi hermana esta a mi lado y le pido que me traduzca. En seguida dicen que lo volverán a repetir en castellano y me quedo más tranquila. Aún así ella me sigue haciendo de traductora, le hace ilusión.

Por fin llega la cuenta atrás. Cinque, quattro, tre, due, uno!!!!
Me he colocado la última literalmente y en cuanto avanzamos unos metros me arrepiento. La gente avanza lentamente y cuando llegamos a un camino estrecho se forma un tapón. Empiezo a adelantar a toda prisa por los márgenes saltando entre arbustos. Cuando me quiero dar cuenta me he quedado sola entre el pelotón del final y otro pequeño pelotón que hay al fondo y que se aleja bastante rápido. No sé a cuanta gente he adelantado pero ya sé que no quedaré la última. El GPS me avisa de que hemos pasado el primer kilómetro. Lo miro. Primer kilómetro a 4:35. No estaba en mis planes pero me siento fresca. Segundo kilómetro a 4:43 y ya no estoy tan fresca. Me doy cuenta de que he cometido el error de siempre. Salir demasiado desbocada y sin control, el sub 5'00"/km no es para mí y no me lo termino de meter en las piernas. Al tercer kilómetro, corriendo fuera de mi ritmo aeróbico y con los primeros repechos se me enciende el piloto de reserva (5'25"). Oigo resoplidos por detrás y me adelanta un corredor y tres corredoras. La última es una rubia que lleva dos trenzas con gomas con los colores de la bandera italiana. Me engancho a caperucita.

El paisaje no me parece nada espectacular. Caminos entre tierras de cultivo, sin sombra y pegando el sol. Al fondo se ven pinos y entramos en un pequeño bosque. Se agradecen las sombras.

El esfuerzo que tengo que hacer por mantener el ritmo cada vez es mayor y Cappuccetto se me escapa al llegar al kilómetro 5 (25'19''). Por fin aparece el mar a lo lejos. Estaba empezando a olvidar que corro por una isla, pero la alegría dura poco y volvemos a los aburridos caminos entre muros secos de piedra.

A punto de llegar al kilómetro 7 me vuelven a adelantar dos corredores. Da la sensación de que corren sin esfuerzo, con una zancada amplia y como si no tocaran el suelo. Yo en cambio con mi paso corto de pinguina como si no avanzara. En una maratón parece que tiene sentido, aquí me no se lo veo pero, ¿que le voy a hacer? Es mi estilo. Y en medio de este estilo nada glamouroso, en el kilómetro 8, me adelanta otra corredora alta y delgada. Aparece y desaparece al fondo como salida de la nada. Como si viniera de una carrera que acaba de empezar. Lleva una zancada también amplia y relajada y ropa del Decathlon. Me doy cuenta de que en esta carrera al ir sola me he vuelto más observadora. Despido mentalmente a Gazella Kalenji y cuando me estoy proponiendo no dejar que nadie me adelante más, veo la llegada a lo lejos, muy lejos, pero lo suficientemente cerca como para apretar. Y más cuando me cruzo con Martin Fiz que sigue corriendo después de ganar la etapa y que me anima.

Cruzo el portalón en 48'57'' entre algún aplauso de la gente de la organicación, que se empeña en llamarme Yolanda Yil en lugar de Yolanda Gil, y sobretodo jaleada por mis compañeras de viaje, sorprendidas de que ya esté allí y que me dicen entusiasmadas que he llegado la décima. No me lo creo e insisten. Dicen que han contado a todas las chicas que han entrado. Así que me voy del Pilar de la Mola muy cansada, sabiendo que he corrido la carrera mal, de más a menos, como si no me conociera y como si no supiera que en menos de 24 horas tendré que estar otra vez corriendo, pero con ganas de enfrentarme a la siguiente etapa e ilusionada con mi puesto.


ETAPA 2 - Cap de Barbaria

Ya era conocido pero Julio Medem lo hizo famoso, el Cap de Barbaria, el punto más al sur de la isla. En su película "Lucía y el sexo" nos enseña de allí el faro y la cova foradada (la cueva agujereada). El faro de Barbaria y sus alrededores son un lugar mágico. Se accede por una carretera estrecha y solitaria, porque no hay nada más allí, ni un arbol ni nada que de una triste sombra. El paisaje podría resultar desolador pero hay algo en el ambiente que lo hace especial. Desde los acantilados, con 100 metros de altura, se puede contemplar una de las puestas de sol más bellas del Mediterraneo.
El Faro de Barbaria es testigo de la salida y llegada de la segunda etapa de Formentera to Run. El recorrido de esta etapa es de 8 kilómetros y discurre por pistas de tierra y asfalto. 

MI CARRERA
Son las 8:30 de la mañana. Me ha costado levantarme y tengo cierto cansancio en las piernas. El cielo está lleno de nubes pero le da un aire especial al faro y a los acantilados.

Ya hay sonrisas cómplices entre los que corremos. 

De nuevo nos dan una pequeña charla explicando el recorrido. Avisan de que el terreno es bastante pedregoso. Miro a mi alrededor y la mayoría lleva zapatillas de asfalto. Yo me alegro de haber traído al final mis zapas de trail. También dicen que parte de esta etapa discurre por asfalto. No sé si alguien se alegra de sus zapas de asfalto.

Diez minutos antes de la salida se repite la foto general en el portalón. Yo tengo ganas de salir ya. En parte por el frio que hace. Me vuelvo a situar la última. Me agobia encontrarme en medio y esta vez si que me he propuesto salir más comedida. Cinque, quattro, tre, due, uno!!!! Y al lio! Adelantamientos varios a un modesto ritmo de 5'35" y ya tengo cogido mi puesto, o eso creo hasta que siento a alguién detrás y veo a una rubia con trenzas que viene a paso ligero...¡Cappuccetto! "¡Ah, no, esta vez no! Aprieto el paso sorteando las rocas del accidentado terreno y volviéndome a alegrar de mis zapas me mantengo delante. En el km 2 salimos a la carretera y mi amiga Montse que esta en el cruce me informa que voy la sexta. Me siguen extrañando estos números pero veo que viene una subida larga y me olvido de ese 6. Sé que no subo bien así que me centro en no desfondarme persiguiendo ritmos imposibles y dejo que mi contrincante me adelante para ponerme detrás. Pero se va quedando y la adelanto extrañada. No se descuelga. De nuevo se queda de perseguidora a pocos metros de mi. En medio de nuestro juego de la goma nos adelanta sonriendo una corredora española. Paso el km 2 en 5'26'' y volvemos al terreno pedregoso. 

Esta vez siento que estoy haciendo las cosas mejor, mantengo un ritmo más asequible y llevo a mi colega italiana detrás mío. No se en que posición voy pero me divierte el juego que nos traemos. Bueno, me divierte hasta que pasamos el km 3 y ella decide que ya basta de jugar. Entonces es cuando mete una marcha más, yo la intento seguir, mete otra más, a mi se me atasca la palanca de cambios, se me revoluciona el motor y mis piernas me dicen que Cappuccetto tendrá prisa por llegar a casa de la abuelita pero que a falta de algo más de 4 kilómetros así no llego. Continuo a mi ritmo y llego al km 4 en 5'12''.

El km 5 se me atasca, me adelantan algunos corredores, pero terminándolo veo al fondo otra vez el asfalto y siento algo de alivio. Se que quedan dos kilómetros y medio de carretera con un par de repechos largos. El maravilloso faro de Barbaria aparece al fondo, en medio de un mar de nubes, y como marinera que avista tierra después de una larga travesía en el mar, acelero ansiosa el paso a su encuentro. Pero mi paso no debe ser muy acelerado porque aparece desde atrás la que faltaba, Gazella Kalenji, de nuevo salida de "otra carrera", y en cuatro zancadas ya me ha dejado atrás. Y mira que lo intento, corro siguiendo su estela pero nada. 

A falta de 250 metros me alcanza otro corredor, que debe ser primo de la Gazella, porque flotando en otros cuatro pasos me adelanta también.

Llego a la meta en 41'29''. 
Los altavoces de la organización me reciben: "Ecco che arriva il corridore spagnolo Yolanda Yil"

Mis compis de viaje también: "Creo que has llegado la novena" "Se te reconoce a lo lejos por tu forma de correr...con ese paso tan cortito y gracioso"

Gracioso no sé, pero cansado es un rato. Aunque cansarse con el paisaje de Formentera, aunque sea en un día nublado, todo un lujo.


Mañana más y espero que mejor. Estoy empezando a cogerle el gusto a esta competición.


FORMENTERA TO RUN 2013 - Etapa 3 y 4

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ETAPA 3 - Estany des Peix


Punta Negra
Estany des Peix es una albufera situada al norte de Formentera e incluida en el Parque Natural de Ses Salines. Su forma es casi circular, de 1 km cuadrado de superficie y con una profundidad máxima en el centro de 4 metros. Es un lugar de descanso para muchas aves en sus rutas migratorias por lo que es una zona especialmente protegida y su importancia como zona natural ha hecho que sea declarada por la UNESCO Reserva de la Biosfera.

La tercera etapa de Formentera to Run parte de las inmediaciones de esta laguna de agua salada. El recorrido es de 12,5 kilómetros por caminos de tierra y zona rocosa, como el paso por los acantilados de Punta Negra, para volver de nuevo al punto de partida.

MI CARRERA
Esta vez si que me cuesta salir de la cama cuando suena el despertador. Las sensaciones son muy malas. Es como si apenas hubiera dormido, me siento con pocas fuerzas y muscularmente muy pesada. Me arrepiento del gintonic que anoche me tomé tan ricamente frente al mar. Pienso en correr 12,5 kms y se me revuelve el cuerpo. Confío en que mi cabecita loca y su psicología juegue a mi favor a medida que desayuno.

Como los dos días anteriores, llego a la zona de salida puntualmente a las 8:15. Una de las primeras personas que veo por allí es a Martin Fiz sentado en un muro con unas muletas. En la etapa anterior se ha lesionado y ha tenido que abandonar, rotura de metatarso. Se le ve apenado, reconoce que es la primera vez que tiene una lesión de este alcance y que por suerte nunca ha tenido que usar muletas. Tendrá que estar parado 4 semanas. Lo sorprendente es que se lesionó en medio de la carrera y aún así la terminó llegando segundo a 8 segundos del vencedor. Esta claro que los grandes atletas están hechos de otra pasta.
Otro que ha tenido que abandonar es Alessandro Lambruschini, medallista de 3000 m tanto en mundiales como en Juegos Olímpicos, lesionado en el tendón de aquiles también en la etapa de ayer. 

Van llegando más participantes, ya compadreamos y comadreamos, incluso en "itañolo". Pero también nos echamos el ojo situándonos en la clasificación general. 

Unas participantes españolas me comentan que el tercer día es un día extraño en estas competiciones por etapas. Es uno de los peores días en cuanto a sensaciones y es normal sentirse mal y muy cansada. Es como un muro, que una vez pasado, el resto de etapas me sentiré mucho mejor. Me alivia bastante. 

A la hora señalada...Cinque, quattro, tre, due, uno!!!

Salgo sin estrategia pero con la intención de poder ir cerca de mi amiga Cappuccetto a la espera del hachazo final de Gazella Kalenji. No la veo delante. Como en  las dos etapas anteriores supongo que aparecerá alrededor del kilómetro 2. Esta vez no he salido tan bravucona y tan suicida, o eso creo. Voy a 5'20''. El sol ya pega bastante a pesar de ser las 9 de la mañana y me hace presagiar una etapa sufrida, sobretodo cuando veo al fondo que el camino sube, sube y se pierde subiendo. Oigo pasos detrás de mí. Varios pasos. Apuesto a que son de mujeres. ¡Bingo! Me adelantan ¡Pero si son Cappuccetto y Gazella Kallenji! ¡Y vienen de parlando! Se han aliado. Un dos contra uno. "Ma che cosa è questo?". No hay derecho. Suena el GPS, kilometro 2. Estaba escrito. Empieza la subida y empiezan a alejarse. Me queda claro que no soy rival para ellas, juegan en otra liga. 

Me concentro en mi carrera y trato de defender el puesto en el que estoy. El suelo pedregoso y el perfil de los siguientes 3 kilómetros no me lo ponen fácil. Antes de llegar al km 5 (28'12'') ya me han adelantado dos corredores y una corredora. Una corredora que no estaba prevista en mi cuento. Pero no puedo seguirla. Al fondo se ve el mar. Avanzo con ganas de llegar a esa zona. Se que es el paisaje estrella de esta etapa, los acantilados de Punta Negra. Acelero el paso y llego a ellos. Saltando entre piedras, sin olvidar la precaución recomendada por la organización, pues las rocas tienen puntas y aristas cortantes, pero olvidando el calor y el cansancio de mis piernas, me lo paso en grande. Me emociono tanto que pierdo de vista las cintas que van señalando por donde transcurre el recorrido y de pronto me veo avanzando hacia el borde del acantilado. ¡Pingüina vaaaaa

Recupero la cordura y el camino, salgo de este parque temático-rocoso y llego al avituallamiento. Apenas pensaba pararme pero me siento agotada y poco motivada para salir pitando. Prefiero tomármelo con calma. Con la suficiente calma como para saludar...¡chao!...,beberme un vaso de te fresquito...saborearlo...responder con una sonrisa a la pregunta de tutto bene?... ver que llega una chica y...Uyyyyy, me tengo que ir....¡Chao, chao!

Continuo con mi carrera que vuelve a los caminos pedregosos bajo el sol. Hago recuento mental de la distancia recorrida y al ver que apenas he cruzado el ecuador me vengo abajo. Pufff...otros 6 kilómetros. Y de pronto para animarme del todo, la chavalita que me alcanzó en el avituallamiento se acerca por detrás, me clava las banderillas y se pira sin casi levantar el polvo del camino. Según me las estoy quitando, llega otra corredora con compañía masculina, que no se si me anima en italiano, en español o no me anima, me clava la puya y desaparece por donde no ha venido y por donde se va. Y cuando aún la estoy viendo a pocos metros...llega la del estoque final..."Venga, que ya solo quedan 3 kilómetros y son cuesta abajo"

¡Coño, pues no debo estar corriendo la misma cuesta abajo que vosotras! 

Y allí si que me planto. Ya no hay mas adelantamientos. Tiro como sea y acabo llegando en 01:12:17, la 14 en la clasificación femenina.

Me voy de allí pelín decepcionada, pero no demasiado. El cansancio no me lo permite. He bajado al puesto 13 en la general femenina de la competición, pero no tiro la toalla. Mañana es la etapa más bonita y en la que correremos por la playa. Espero recuperarme y raspar algunos segundos.


CRÓNICA DE LA ORGANIZACIÓN: aquí 



Migidio Bourifa
ETAPA 4 - La Savina

La cuarta etapa de Formentera to Run promete correr por la arena. Parte del puerto de La Savina con una larga pista hasta el Parque Natural de Ses Salines para bordearlo y recorrer la playa de levante. A través de unas pasarelas de madera se vuelve a un camino que pasando por la playa de poniente retorna a La Savina para concluir acumulando 8 kilómetros de distancia.



MI CARRERA

¡Aleluya! Lo que me dijeron ayer es verdad. Al cuarto día llega la resurreción. Después de dormir nueve horas me levanto descansada y parece que mi cuerpo ha recuperado bastante. Puede que tenga que ver también las ganas que tengo de correr por la playa.

Le donne de Formentera to Run 2013
Hoy salimos antes, está previsto a las 8:30 así que sobre las 7:45 ya estoy pululando por el escenario dándole vueltas a dos opciones: correr reservona y no desgastarme mucho de cara a la media maratón de mañana, mientras veo como me adelantan o...de perdidos al mar.

Cinque, quattro, tre, due, uno!!!

Efectivamente. Al mar hemos venido. Salgo veloce siguiendo a pocos metros al pelotón donde van las tres chicas que encabezan la clasificación. Quien dice pocos dice unos 20 o 30. No aspiro a mantenerme ahí mucho tiempo, pero me hace ilusión durante un rato. Sobretodo hasta que llego al km 1, veo que he ido a 4'58'' con las pulsaciones por las nubes y recuerdo que este no es mi ritmo y que así no duraré mucho. 

En el km 2 aparece...¡tachan! ¡Cappuccetto! Y por supuesto...me adelanta. Voy detrás suyo hasta el km 3'5, antes de entrar en la playa de Levante. Quien dice detrás dice a 10 metros. Pero los 10 se transforman en 50 en cuanto piso la arena y mis pies se hunden torpemente mientras esquivo una ola para comerme tres. "¡Pero que invento es este, por Dios! ¿Y esos anuncios donde la gente trota feliz por la playa? Esto debe tener alguna técnica secreta". Mientras intento descubrirla llego a la mitad del recorrido con las zapatillas mojadas pero en 21'56'' y si mis cálculos no me fallan debo ir la novena entre las chicas. Otros 500 metros y salgo de allí. Hay que reconocer que el paisaje es muy bonito pero correr por la arena sorteando olas con los cuadriceps sobrecargados se hace pesado y me deja tocada y al llegar a una pasarela de madera entre dunas no consigo volver a coger el ritmo. Me adelanta otra corredora que se aleja. Yo a lo mío. 

Vuelta al camino y parece que pisar tierra me endereza un poco llegando al km 6 en 34'06''. Pero había olvidado que quedaba otra playa. Llego al Molino de Sal y vuelta a la arena. Pies que se hunden, olas que me mojan, olas que ya no me importan, pies que pisan sobre agua...Pienso que solo me queda un escaso kilómetro y la perspectiva cambia, ahora correr por la playa me resulta hasta divertido. Salgo de allí y enfilo el camino viendo al fondo el portalón de llegada. Cuarta etapa en 45'08'' recuperando algunos puestos en la general femenina situándome en la posición 11. Mañana ultima carrera, media maratón desde San Francesc hasta el Faro de la Mola. 21 kilómteros dan para mucho, sé que aquí no puedo salir en plan kamikaze, tendré que atar a mis locos caballos y asumir un ritmo más tranquilo, más aún cuando los últimos 8 kilómetros son de subida. La organización dice que en esta etapa suele haber sorpresas y cambios en la clasificación. En mi caso no lo creo...¿o puede que si?

Como anécdota, conversando con Carlos Ultrarun, organizador español de Formentera to Run, me comenta que ha hablado con una corredora italiana sobre como va viendo a sus posibles rivales y que le ha comentado que hay una corredora española que la desconcierta un poco, "sale muy bien en todas las carreras y al llegar al kilómetro 2 no se que la pasa. Yo sigo a mi ritmo y ella se va quedando". Yo tampoco sé lo que le pasa a esa corredora.

Continuará...

CRÓNICA DE LA ORGANIZACIÓN:  aquí



FORMENTERA TO RUN 2013 - Etapa 5

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La quinta y última etapa de esta competición es la más larga, 21 kilómetros. Recorre la isla de punta a punta partiendo de San Francesc, pasando por Playa Migjorn y llegando al Faro de La Mola.

Formentera tiene un perfil llano, muy llano, pero en uno de sus extremos se eleva hasta 200 metros formando unos impresionantes acantilados. Se trata del Pilar de la Mola. Allí está el Faro de la Mola, que curiosamente describe Julio Verne en alguno de sus libros sin haber estado nunca en Formentera. Esta media maratón acumula prácticamente todo su desnivel + en tres kilómetros repartidos en tres cuestas a partir del km 12.

MI CARRERA
Suena el despertador y tengo ganas de correr. Tengo más ganas de correr que el resto de los días. Inexplicable. El día ha amanecido nublado e incluso se atreve a llover un poco. Temperatura perfecta para la media maratón.

Llego a San Francesc puntual y puntual se da la salida. Decididamente mi mente está cómoda con la larga distancia. No tengo que plantearme el ritmo, parece que sale solo. Algo me dice por dentro a que velocidad moverme, sobre 5'25''-5'30''. Mi intención es correr con el piloto automático hasta el segundo avituallamiento en el hotel Riu (km 12). A partir de allí empieza el tramo de montaña y habrá que esperar como van las piernas.

Los 5 primeros son prácticamente todos de asfalto y yo lo agradezco. Ya habrá tiempo de playa blanda. Aunque sé que no será fácil rascar posiciones en la general chequeo en que lugar voy entre las chicas. El pelotón de cabeza se escapó seguido de las tres máquinas de esta competición. Tras ellas, la primera española, Marta Salan, que está haciendo un estupendo papel y otra italiana. Debo ir la sexta. En el kilómetro 2 ni rastro de Cappuccetto y compañía. Me extraña pero 200 metros después ya sé que vienen por detrás. Y traen refuerzos. Con ellas viene otra compatriota. Aprieto un poco al ver que no vienen fuerte y que puedo mantener el ritmo y llego al km 5 en 27'08''. 500 metros después se acaba el asfalto y comienza una pista de tierra. Ellas avanzan más rápido que yo y antes de llegar al km 6 me adelantan. Las sigo y me propongo que no se me escapen más de 20 o 30 metros, y usarlas de liebre o algo que se les parezca. Las jodías van hablando "¡veremos a ver que os contáis cuando os hundáis en la arena!". Pasado el km 9 entramos en la Playa Migjorn, el tramo libre señalizado solo con banderolas donde cada uno puede correr por donde quiera, arena, suelo rocoso o pasarelas de madera donde las haya...Descubro que mis amigas son tan duchas como yo corriendo por la arena. ¡Que estilazo, mamma mía! Así que en cuanto veo la zona rocosa me voy por allí y me pongo a saltar como cabra de piedra en piedra, las adelanto y las dejo atrás.
Llego al km 10 en 55''54''. Pero mi gozo en un pozo, se acaba el suelo rocoso. Ya solo hay una manera de seguir, la arena. Miro a mi izquierda y veo que comienza una pasarela de madera. ¿Será otra opción? ¿Irá paralela a la playa? Arena o pasarela...Arena o pasarela...¡Me la juego! Que gusto pisar las tablillas. Aprieto el paso y apenas he avanzado unos metros veo que aquello no ha sido una buena jugada, conduce al parking de un chiringuito. ¡Ohú la que he liado! Rezo para que Cappuccetto y sus colegas hallan tenido la misma ocurrencia que yo pero no. Ellas continuaron por la playa.

Dos hombres a la puerta del chiringuito con una cervezas en la mano me gritan ¡por aquí! Y por allí que me voy. Entro en otra pasarela que me devolverá a la arena pero antes tengo otra genial ocurrencia. Ya hace calor y decido bajarme los manguitos mientras no paro de correr a la vez que aflojo el velcro del chisme del brazo donde llevo el mp3 y trato de bajar el volumen de la música...resumiendo...tropiezo, móvil al suelo por un lado, chisme por otro...En frente hay una pareja italiana haciéndome fotos. La mujer se adelanta mientras el hombre le dice ¡aiutarla, aiutarla!. No se preocupe, pero eso sí, no las suba a facebook por favor.

Por fin vuelvo a plantar los pinreles en la playa al tiempo que me despido mentalmente de Cappuccetto y compañía. Las veo al fondo llegando al hotel Riu donde está el segundo avituallamiento. Yo llego cuando han partido (km 12,4 en 01:10:36). Me tomo el tiempo justo de recibir los ánimos de la gente que está allí mientras le doy unos traguillos a la isotónica y rezongo por mi jugada anterior. ¡Si, te hemos visto! 
Como no hay tiempo para más, lo olvido y tiro a por el plato fuerte de esta etapa, la subida a la Mola.

Ya estaba avisada por la organización de las cuestas que nos esperan pero lo que yo no esperaba era encontrarme la primera a la vuelta de la esquina nada más salir del avituallamiento. Trato de mantener el tipo y subirla corriendo. No es plan de andar a la primera de cambio y más mientras me miran. Y pasito va, pasito viene, consigo llegar a lo que creo que es el final, pero una curvita y... ¡¡¡¡continúa!!!! ¡Al carajo, ahora si que ando, que ya no me ve nadie y avanzo menos corriendo! Y otra vez pasito va, pasito viene y... otra sorpresa. ¡Si están ahí mis amigas italianas! Cappuccetto sube corriendo pero las demás lo hacen andando. En la siguiente curva se pierden a la vez. Trato de acelerar el paso y llego al final con la intención de pegarme a ellas. Las veo. Echo a correr pero llega la segunda cuesta, más larga que la anterior, y se repite la operación. Yo termino dejando de correr, al fondo Cappuccetto sube despacio corriendo y sus compañeras andando. Aun así no las alcanzo. Terminan de subir y desaparecen. Unos segundos después llego yo y de nuevo a correr. El recorrido se transforma en un sendero de bajada que serpentea en medio de un frondoso bosque, tan bonito que me hace olvidar el anterior esfuerzo. Aprovechando la inercia del terreno y lo que me gustan las bajadas, acelero en busca de mis colegas. Ni rastro. Avanzo y avanzo y no las veo. Ya se me escaparon.

Llego al km 15 (01:27:30) mentalizándome para la gran cuesta cuando oigo voces tras unos arbustos...¡Son ellas otra vez! Aprovecho la coyuntura y que las mujeres suelen ir juntas al baño y salgo pitando. Viene una pequeña subida con rocas y trepo a saltos apoyándome en las de los lados. Prueba superada. Otro guapo sendero haciendo eses y salgo de la frondosidad. Me duelen los cuadriceps y alguna puñetera ampolla que se une a mi aventura pero me da igual. Dejo de pensar en ello. Avanzo. Oigo pasos. Avanzo. Los oigo más cerca. Avanzo. ¡Leñe, ya me han alcanzado! Me adelantan. Ahora si que me despido de ellas. Han puesto el turbo y se que terminaré perdiéndolas. Llego el momento del yo a mi rollo. El recorrido se transforma en otro sendero con toboganes que discurre entre rocas. Ya pega el sol. A lo lejos veo a un corredor que aparentemente va despacio. Me propongo alcanzarlo. Lo hago. Es Alonso Juan Manuel, un simpático corredor español que parece estar sufriendo el calor. Nos saludamos, nos animamos y le adelanto camino de la madre de todas las cuestas. La última pero la más dura, con 2 kilómetros de continuo ascenso y que acumula alrededor de 150 m. La enfilo proponiéndome ir todo lo que pueda corriendo pero mi propósito apenas llega al minuto. El resto lo hago andando. El que si sube bien es Alonso que llega y se aleja sin dejar de correr.

Por fin llego al final, km 17 (01:44:27). Mentalmente me he venido algo abajo. Ya soy consciente de como están de fuerzas mis piernas, del cansancio, del calor y del estado de mis pies. Son cinco días seguidos usándolos para correr y los pobres bastante bien me han respondido. Trato de alegrarme con el número de kilómetros que me quedan. Cuando empecé esta etapa pensé que en realidad era de 20 kilómetros, así lo había leído en la crónica del año pasado, y así quiero creerlo. Así que solo me quedan 3 kilómetros.

Ahora el recorrido es por pistas de tierra. Hay bastante viento y se nota cuando salgo a campo abierto. Llego al kilómetro 18 con un costoso y cansino 6'00''/km. ¡Venga, ya solo quedan 2! De pronto oigo pasos que se acercan bastante rápido. En cuanto oigo su respiración se que es una chica. ¡Bingo! Es Ana Churruca que viene como una bala. Ana ya me adelantó de la misma forma al final de la tercera etapa. Viene de correr hace unas semanas el Marathon Des Sables junto a su marido Martin Fiz y es envidiable el fondo que tiene. Piano, piano avanza y se va comiendo el camino tranquila pero rápidamente. Veo que se aleja y esto me sirve para espabilar. No será fácil alcanzarla pero me animo a seguirla todo lo que pueda. Cuando mi gps me informa de que pasamos el km 20 ya se que esto es realmente una media maratón. Queda un sufrido kilómetro y por más que acelero Ana no se acerca. La tengo a unos 30 metros. Subir de pronto a un ritmo por debajo de 5'00'' me supone correr a estas alturas con el corazón en la boca pero... ¡Que diablos! ¡Así es como hay que acabar! ¡Da igual la posición en la que llegue pero llegaré echando el resto, mi resto!  Por fin pisamos asfalto. Es la recta final con el portalón de llegada a 500 metros y el Faro de la Mola detrás.


Esprinto como si no hubiera un mañana, respirando como una locomotora y con la baba colgando, como diría un amigo mío. Corro y corro a toda velocidad persiguiendo a Ana, sé que no la alcanzaré.


Corro por la pura satisfacción de llegar al final de esta aventura sintiéndome fuerte. Sintiendo el pequeño poder que mis piernas me dan en momentos como este. 500 metros que se me hacen largos en el esfuerzo, cortos en la culminación pero como suelo decir...eternos en el recuerdo.

Cruzo la linea de llegada agotada pero sonriendo. 21,5 km en 02:10:17. Me cuelgan una medalla. Esta si que pesa. Pesa 5 días seguidos de carreras, 5:38:16 horas corriendo, 59 kilómetros, arena de playa, caminos de tierra, pistas de asfalto, acantilados, faros, olas, viento, mar, sol, bosque, senderos, amigos, amigas, españoles, italianos, protagonistas de cuentos infantiles y una organización volcada en conseguir que nos llevemos a casa una experiencia extraordinaria. Una medalla que pesa lo suyo.

Y ya que la he incluído en este cuento, me ha servido de aparente rivalidad, de liebre ocasional, simpática motivación y de inspiración literaria, no desaprovecho la ocasión de acercarme a felicitar por su participación a la gran "Cappuccetto", Silvia Mariani.



Participantes españoles


Cuando terminé la última etapa me invadió algo que no he sentido con otras carreras. Una sensación de nostalgia. Cinco días seguidos corriendo en una competición como esta dan para mucho, hasta para acostumbrarte a ellos, para saber que los echaras de menos a la mañana siguiente...


cuando el despertador ya no suene para correr por Formentera.



CRÓNICA DE LA ORGANIZACIÓN: aquí

FORMENTERA TO RUN 2013: Reflexiones, mi opinión y otras cosas del montón.

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Hace una semana que terminó mi aventura. Ya no tengo mono de correr. Con unas carreritas por la Pedriza lo he solucionado. Lo de la isla es más difícil de solucionar. Y mira que está bonita la sierra madrileña pero... Formentera me ha dejado completamente enamorada, sobretodo de su AZUL.



Quienes vivan cerca de la playa quizá no entiendan esta clase de romance pero hay quienes viven en el interior y son más de secano que el trigo y las amapolas, se emocionan cuando ven el mar y hasta lo huelen desde el avión antes de aterrizar. Yo soy una de ellas. Llegué a Formentera con esa emoción pero creo que aunque viviera habitualmente en un sitio costero esta isla me habría emocionado de igual manera. ¿El secreto? El azul de sus aguas. Es único y especial. 


Hasta los días nublados es digno de contemplar. 



Y voy al lío que me lío...

Antes de pasar página y embarcarme en mi próximo objetivo aquí van algunas cosas que no quiero que queden en el tintero:

Esta ha sido la quinta edición de Formentera to Run. Tras cinco etapas que sumaron 59 kilómetros, los ganadores son los mismos que el año pasado. En categoría femenina Paola Zaghi con un tiempo de 4:30:21 y en masculina el cuatro veces campeón de Italia de maratón Migidio Bourifa que sumo 3:49:11.

Ganadoras categoría femenina

Ganadores categoría masculina

Martin Fiz, Alessandro Lambruschini, Fabrizio Bernabei y Migidio Bourifa

Era muy esperado este año el duelo entre Bourifa y Martín Fiz y la posible revancha del español que el año pasado quedó detrás del italiano. Lamentablemente en la segunda etapa Martín tuvo que abandonar la competición por una fisura en el metatarso, y en la siguiente otros dos grandes deportistas, Alessandro Lambruschini y Fabrizio Bernabei.


    Mi participación, vistiendo el morado del Equipo Dravet en las cinco carreras y colaborando con su Reto (Reto Dravet) me ha dejado un triple buen sabor:

    • El buen sabor de quedar la 9ª de 32 mujeres con un tiempo de 5:38:16 y en la posición 27 de 53 finisher. Sé que no es para tirar cohetes pero no iba con más expectativas que las de pasar una semana de vacaciones haciendo lo que me gusta, aguantar el cansancio que podían suponer las cinco etapas seguidas y divertirme, así que el resultado ha sido muy positivo.

    • El buen sabor de encontrarme y correr con gente maravillosa, que venían de diferentes sitios de España, y tener la oportunidad de conocer personalmente a un campeón de la altura de Martin Fiz y quedar maravillada por su sencillez y su simpatía. Sé que estos adjetivos se suelen decir a menudo de grandes deportistas pero esta vez doy fe de ello. Llegué a la primera etapa dándole codazos a mi hermana y diciéndole en voz baja "Mira. Está ahí. Detrás de las motos. Es Martín Fiz".                 "¿Quieres una foto con él?".                "No, me da vergüenza".                   La misma vergüenza que me impidió el último día decirle cuando me despedía que le admiraba. 

      • El buen sabor de una nueva forma de competir, por etapas. Me apunté a Formentera to Run buscando una experiencia distinta y probar esta modalidad. Ya hace tiempo que oí hablar de carreras en tierras lejanas, desiertos, sabanas...que se hacen por etapas. Confieso que me atraen. Viajar y correr. Correr durante días por parajes de aventura. Me atraen mucho. Cuando descubrí Formentera to Run pensé que podía ser una buena manera de probar sin tener que hacerlo a lo grande en otro país, y una vez que he probado, me ha gustado tanto la experiencia...que creo que la he liado. A ver como sacio yo ahora el hambre que me ha entrado.


      Dado que hay gente que me ha preguntado algunas cosas de esta competición dejo aquí algunos datos por si son de interés

        1. Yo supe de Formentera to Run a través de un anuncio en Runners. La organización es a cargo de  Zitoway que también organiza otras carreras por etapas en otros países. Este año tenían dos modalidades de participación, contratando el paquete de vacaciones que incluía entre otras cosas: dorsal, alojamiento, alquiler de scooter...., y la modalidad de "solo dorsal", que es la que yo contraté. 
        2. En cuanto a la competición, había también dos modalidades: corriendo o caminando.  Las etapas, como ya he comentado anteriormente, son de 9, 8, 12'5, 8 y 21 kilómetros.
        3. El ambiente ha sido inmejorable antes, durante y después de las carreras. Había un speaker en todas ellas derrochando simpatía y con chistes para todos y todas, servicio médico, organizadores pululando en sus scooter camino arriba, camino abajo, fotógrafos repartidos por el recorrido, que yo al principio pensé que eran muchos pero luego supe que eran dos que estaban como Dios en todas partes (Dios debe tener una scooter), y como ya resalté en la primera etapa, una participación femenina que nunca había visto en ninguna carrera, éramos el 50%!!!!


        En definitiva, una recomendable manera de pasar una semana de vacaciones en Formentera para quienes nos gustan estas "cosas del correr", hasta para quienes van de acompañante. Mi hermana casi acaba hablando más con Martin Fiz que conmigo y de traductora del speaker en las carreras. No se perdió ni una.


        El año que viene, si mi calendario y mi bolsillo me lo permiten...repito seguro.


        Mi agradecimiento especial para Bea y Montse, por los madrugones que se han pegado, por el mal humor fruto de mi cansancio que me han aguantado, por la dieta de carbohidratos diaria impuesta que se han metido sin rechistar, por sufrir el olor a mentol por todo el apartamento de la crema recuperadora sin protestar, por escuchar el "me duele aquí me duele allá" cada mañana, por sus ánimos, por sus sonrisas cada vez que llegaba a meta, por ese estupendo reportaje de fotos que me han hecho en cada etapa. Mil gracias por compartir conmigo este viaje.



        KEEP ON RUNNING, correr y cantar.

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        Keep on running o lo que nuestro literal castellano traduciría como seguir corriendo es lo que hago. Otros lo cantan. Muchos lo cantan. Me apasiona tanto la música como correr pero no se me da bien cantar, así que prefiero seguir como Forrest Gump, corriendo pero con una diferencia. Su madre decía "que la vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar". Yo sí sé lo que me toca, recorrer en septiembre por tercera vez  los 100 kilómetros que separan Madrid de Segovia.

        Desde que tengo uso de razón  no concibo la vida sin música. No hay día de mi vida donde no haya estado presente. Al levantarme, en la cocina, en el baño, corriendo, comiendo, en el coche... Cuando el walkman no era un hombre que andaba, ni existían los Ipod ni los MP3, yo era conocida en el barrio como la chica que siempre  iba con los auriculares a todas partes. Preguntarme que tipo de música me gusta, o cual es mi artista favorito, es como preguntarme a quien quieres más ¿a tu gata o a tu perra? No hay justicia en una elección así. Me gusta casi todo tipo, decir todo es una sandez. A nadie le gusta todo de algo. Pero sí me acerco al todo. La música es tan grande, amplia y maravillosa que su variedad permite que halla una canción para cada momento y un momento para cada canción. Me gusta tanto que uno de los primeros recuerdos que tengo de mi existencia no es un recuerdo visual, es auditivo, una canción. No sé porque esa ni sé donde la escuché. Solo sé que está ahí desde el principio. No es una canción infantil. Ya con seis años dormía todas las noches escuchando M80. Esa canción es "Gypsy" de Fleetwood Mac. Pero no es la canción de la que quería hablar. He venido a hablar de running, como siempre, o eso parece.


        Existen canciones dedicadas a cualquier cosa. Prueben si no a escribir lo que se les ocurra en YouTube y ya verán como tiene canción, grupo, cantante o remix. A mi me ha dado por escribir "keep on running" y...¡sorpresa! Hay una lista enorme de canciones con ese título. Todas ellas hablan de correr, pero también de seguir adelante, de mantener, de continuar funcionando, de perseguir...

        La lista la encabeza ni más ni menos que el señor Steve Winwood en sus comienzos cuando formaba parte de la banda The Spencer David Group. Un Keep on running de 1965 pegadizo y fresco, y con un guitarreo de fondo que a pesar del aire beat de la canción encaja muy bien. Un tema que seguro que muchos oídos dirán "me suena", "lo he escuchado", "¿en que película sale?"... 


        Y si no es de boca de Steve Winwood, será de boca de los numerosos cantantes y grupos que han versionado esta canción. Desde los mismísimos Tom Jones y Phil Collins hasta una tal señorita Radmila Karaklajić, el jamaicano Jackie Edwards, o la banda Grant Smith and the PowerThe Mads o la versión endurecida que la banda californiana The Misundertood incluyó en su album "Golden glass" o la curiosa de los japonesesHelmetheads(si son chinos que me perdonen) (finalmente parecen ser tailandeses) y la peculiar versión ska de The Trojans.


        Y abandonando el tema de The Spencer Davis Group, quiza haya gente a la que el título Keep on running le suene más por los Real Milli Vanilli, aunque no sea una canción para recordar. El YouTube si los recuerda y en las primeras posiciones de la búsqueda.


        O quizá le suene por la canción del maestro Stevie Wonder.


        El rock parece un estilo donde el tema es recurrente, y aparecen grupos o cantantes como The Outsiders, U.K. Subs, Airflow, CruxDeadline, Doc HollydayPaul Line, o los conocidos chicos del picanteRed Hot Chili Peppers, que también le cantan a esto del "correr".


        Otros estilos que igualmente le dan al Keep on running son el hip hop con ejemplos como Nate Bow y Emilio Rojas, o el reggae con Jacob Miller and Welton Irie y Delroy Wilson, el funky con F.B.I, o la electrónica y el dance con Sweet Cafe, Source Code y Ron White.


        Stray Cats le pone su toque rockabilli y Angela Groothuizen y Robert Byrne & Brandon barnes  el ochentero.


        Y en lo que se refiere a Keep on Running actuales aparece Cassius, So What con un simpático video, unos teenage pop-indie ingleses llamados The Starkins, Smithereens, la cantautora estadounidense Charlyn Marshall, conocida artísticamente como Cat Power, con una bella balada minimalista, el grupo canadiense de rock cristiano The Kry, la cantante y compositora irlandesa Gemma Hayes, el norteamericano Robert Francis y el ruso Sultanov con una veraniega, pegadiza y popera canción, acompañada de un videoclip de animación creado también por el propio cantante.


        Para el final de esta lista que podría continuar, el Keep on Running que más me ha gustado de los descubiertos entre los actuales, el de Andy Bull. Se trata de un artista australiano al que en algunos sitios describen como alt-pop/piano rock singer-songwriter. Su tema destila rareza, suena sugerente, bien sintetizado, su voz andrógina, sus pausas interesantemente situadas y su letra sencilla pero suspendida, ahí queda.

        I tried so hard it isn’t funny / Tell me how I, how I should have done it
        And I keep on looking / Will you tell me something
        How long do I have to keep on running, running?


        Y ahora viene la pregunta del millon. ¿Cual de estos artistas corre? ¿Quien es maratoniano o maratoniana? Poco he podido averiguar. Tan solo, que Michael "Flea" Balzary, el bajista de Red Hot Chilli Pepers es corredor, maratoniano de 03:41:49 en el Maratón de Los Ángeles de 2012.



        Como decía al comienzo, sé lo que toca en septiembre, sé que empieza la temporada ultra, la de los ca-cos por la montaña, la de la camelback a la espalda, el entrenamiento cruzado con bici, el de horas y horas por caminos polvorientos... Llega el momento perfecto de dejarme acompañar por buena y variada música y sobretodo...el momento de keep on running.



        A la conquista de Peñalara

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        Nunca he subido a Peñalara. Sé que viviendo al lado es un pecado no haberlo hecho. La Maliciosa  (2.227 m) es el punto más alto al que he subido de la Comunidad de Madrid. Esto había que remediarlo. Este fin de semana tengo la excusa perfecta.


        Peñalara es la montaña más alta de la provincia de Madrid con una altitud de 2.429 metros. Es un lugar emblemático para montañeros y montañeras, y no solo por su altitud sino también por ser un punto de confluencia entre Segovia y Madrid, y entre los valles de Lozoya y Valsaín. Las paredes verticales de este pico han sido la cuna de los escaladores y alpinistas madrileños del siglo XX y XXI. Se dice también que era una montaña sagrada de un pueblo celta, familia de los celtíberos, que habitaba el centro de la península antes de la llegada de los romanos, los Arévacos.

        Peñalara ha tenido desde el siglo pasado mucha importancia geológica y medioambiental por lo que ya en los años 20 se planea la creación del Parque Nacional de Guadarrama para proteger las zonas altas de la sierra y esta montaña en particular. El proyecto no llegó a dar frutos en esos años debido a los cambios de gobierno y a la Guerra Civil. El 15 de junio de 1990 la Comunidad de Madrid declara la vertiente este del pico como Parque Natural de la Cumbre, Circo y Lagunas de Peñalara. Desde 1998 hasta 2000 se lleva a cabo el desmantelamiento de la antigua estación de esquí de Valdecotos, eliminando los remontes y repoblando con pino silvestre las antiguas pistas. Casi un siglo después del primer intento de creacion del Parque Nacional, Peñalara consigue la máxima protección medioambiental que existe en España. El pasado 12 de junio, el Congreso de los Diputados aprueba definitivamente el proyecto de ley que convierte la Sierra de Guadarrama en dicho Parque Nacional. 


        Y este será el escenario por el que espero andar, trotar, correr, subir, bajar y desfallecer para seguir con las fuerzas que me queden hasta el final el próximo sábado. Participaré en el Trail de Peñalara de 60 kms. No tengo más expectativas que las de completar el recorrido y disfrutar con lo que se pueda. No es la prueba reina de mi temporada pero si supone un buen escalón en mi camino hacia la Madrid-Segovia. 

        Le deseo mucha suerte a todas y todos lo que van a participar, pero muy especialmente a Alfonso y Celina, que llevan meses preparando esta carrera con ahínco y mucha ilusión, y a Javi, que después de los reveses que ha pasado en los últimos meses, tampoco ha perdido la ilusión y no se ha querido perder la cita. ¡Fuerza chavales! ¡Que nos espera una gran cumbre...y unas cuantas más!


        "Corre 20 minutos y te sentiras mejor. Corre otros 20 y quizás te canses. Añádele 3 horas y todo te dolerá, pero tú sigue adelante y verás -oirás, olerás y saborearás- el mundo con una intensidad que hará que tu antigua vida palidezca."
        Scott Jurek



        25/6/2013

        TRAIL DE PEÑALARA 60K 2013

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        A veces la carrera de la que menos esperas es la que más te da. A veces tu carrera con menos expectativas se acaba convirtiendo en tu mejor carrera.



        - Luis, creo que vamos muy justos. Apenas nos quedan 5 minutos. Hay que apretar. ¿Vamos bien? ¿Seguro que es por ahí? ¡En esa calle no hay cintas del recorrido! ¡Nos hemos equivocado! Pregunta a esa pareja.
        - Por favor, ¿la carrera? ¿por donde es?
        - ¿Que carrera?
        - No me lo puedo creer...¿Y el polideportivo?
        - Sí, por allí arriba. Esa calle y luego a la izquierda.
        - ¡Dios,  menos de un kilómetro y nos perdemos! ¡Solo 4 minutos!

        Así es como parece culminar mi historia, mi experiencia en el Trail de Peñalara 60K. Sesenta kilómetros dan para mucho y como no podía ser de otra manera, para una crónica épica. Pero tranquilos, esta vez no abusaré del preciado tiempo de quienes pasáis por estos lares. O tal vez sí. Eso dependerá de vuestros ratones. Hay muchas maneras de contar una misma historia. A mi se me ocurren dos:


        VERSIÓN CORTA
        Breve y concisa

        VERSIÓN EXTENDIDA
        Con mis desvaríos, chascarrillos y filosofía ultra del karma del pepino



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