Hace un año por estas fechas desperté con el cuerpo dolorido después de mi primera incursión en los 100 kms Madrid-Segovia, jurándome que aunque la experiencia había sido buena no volvería a repetir y preguntándome por que corro. Un año después vuelvo a despertar, más dolorida aun si cabe y habiendo repetido. ¿Lo de preguntarme por que corro? A estas alturas ya lo sé...para vivir experiencias como esta:
08:00 Pz de Castilla (SALIDA) Km 00

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Con Javi (izq) y Alfonso (drcha) |
Falta apenas media hora para la salida y saludo caras conocidas...Jan, Javier y Alfonso, a cual más ilusionado...y alguna cara por conocer...Ra, un infiltrado dispuesto a mezclarse por unos kilómetros con esta panda de locos y locas.
Tras los saludos, foto de rigor con mis compañeros, Sole, Godo y David. Nos inscribimos en esta carrera formando equipo pero dada la diferencia de objetivos hemos decidido separarnos. David es el que se apunta a mi locura, por eso también apuesto por mi reto, porque voy con mi "liebre" favorita y porque además de gran amigo es mi mejor compañero de carreras. Es su primera carrera de ultra-distancia y aunque su estado físico y deportivo está a la altura para completar una prueba así, él no termina de confiar en que pueda llegar al final. Intuyo que vamos a formar un buen equipo, él puede tirar de mí en el esfuerzo físico y yo puedo ayudarle con lo mental si le falla.
Le he enseñado mi plan de ritmos en papel plastificado, se ríe pero me da vía libre para planear nuestro camino. Estamos de acuerdo en que la mejor estrategia sería apenas parar en los puntos de control y avituallamiento así que decidimos establecer como áreas de descanso solo Manzanares el Real (km 42), donde dejé mi coche con algunas "viandas", y Cercedilla (km 63).
08:30 Pz castilla - Tres cantos (km 0 - km 16)

Y haciendo caminito nos acercamos a Tres cantos. Se que llegamos con buen tiempo, he de reconocer que no le he quitado el ojo al GPS en todo el camino asegurándome de conservar el ritmo de mi chuleta. Y cruzando el puente que nos separa del punto de control me cruzo con Javi. Que alegría lleva encima y que ilusión. Nos animamos mutuamente sin pararnos y a las 10:16 me sellan la credencial. Mi padre, que me espera allí, nos hace algunas fotos, bebemos algo de agua y a por la siguiente... Colmenar Viejo que deberíamos alcanzar sobre las 11:45.
10:23 Tres Cantos-Colmenar Viejo (Km 16 - km 27)

Llegamos a un tramo del recorrido que discurre bajo la sombra de algunos árboles y salir allí es toda una bofetada de calor. El año pasado la temperatura era mas alta pero eso es ya historia pasada y la de hoy me parece excesiva. Bebo cada cinco minutos algunos buchitos de mi bebida isotónica y me tomo un gel. No quiero sustos de deshidratación ni pájaras que me aparten de mi objetivo.
Al fondo veo un rebaño de vacas cruzando el camino y entonces caigo en la cuenta de que en ese mismo punto en la edición pasada también estaban haciendo lo mismo. Que curioso, como si estuvieran esperándonos. Me sonrío y paso cerca de un ternero que se aparta asustado.
Tras esta bucólica escena entramos en lo que yo recuerdo como uno de los "hornos" de esta carrera, una larga vía pecuaria de subida, de algo más de 3 kilómetros, sin una puñetera sombra y que finaliza en la cuesta del cementerio, temida por algunos más por su desnivel que por los aledaños. Y es al comienzo de esta cuesta cuando, en un momento en el que vamos andando mientras recuperamos, hago alarde de la más inocente de las bromas que se puede hacer a un compañero corredor..
Tras esta bucólica escena entramos en lo que yo recuerdo como uno de los "hornos" de esta carrera, una larga vía pecuaria de subida, de algo más de 3 kilómetros, sin una puñetera sombra y que finaliza en la cuesta del cementerio, temida por algunos más por su desnivel que por los aledaños. Y es al comienzo de esta cuesta cuando, en un momento en el que vamos andando mientras recuperamos, hago alarde de la más inocente de las bromas que se puede hacer a un compañero corredor..
- ¿A que no la subes corriendo?
Para que diría nada. Ni oigo lo que responde mi compi, solo le veo que se lanza a subirla con uno de sus buenos trotes de ascensión, y yo como a estas alturas todavía no tengo el orgullo mermado por el cansancio...pues a subirla corriendo que me arranco. Eso sí, la subo con mi trote pingüinero, que la cabeza no la pierdo cuando aun nos faltan alrededor de 75 kms.
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Y piano, piano, acalorada pero contenta llegamos a Colmenar Viejo, y de nuevo cruzándome con Javi que sale con ganas del colegio donde está el control. Otro sello y más o menos a la hora prevista, 11:47. Vamos bastante bien de tiempo, ajustándonos al guión, así que decidimos parar un poco allí y comer algo aunque sea rapidito. Y lo malo de parar es que a veces te sales mentalmente de la carrera y empiezas a ser consciente de cosas que antes parecían ocultas. En mi caso me percato del estado de mis pies, intuyo la aparición de una ampolla en el lateral interno del talón de cada pie, lo que me lleva a pensar que quizá he cometido de nuevo, como el año pasado, un grave error al elegir las zapatillas. Llevaba todo el verano entrenando con unas Asics Trail Atack que me habían ido de maravilla, ninguna ampolla, ninguna molestia...pero no me atrevía a correr los 100 kms enteros con ellas, y como mi ultima adquisición, las Adidas Kanadia, si que me habían dado problemas y no me terminaban de convencer, decidí apostar a ultima hora por correr hasta Manzanares (km 42) con las zapas con las que corrí la maratón de Madrid. Extraña apuesta. Lo que no puedes ser...no puede ser..

Y piano, piano, acalorada pero contenta llegamos a Colmenar Viejo, y de nuevo cruzándome con Javi que sale con ganas del colegio donde está el control. Otro sello y más o menos a la hora prevista, 11:47. Vamos bastante bien de tiempo, ajustándonos al guión, así que decidimos parar un poco allí y comer algo aunque sea rapidito. Y lo malo de parar es que a veces te sales mentalmente de la carrera y empiezas a ser consciente de cosas que antes parecían ocultas. En mi caso me percato del estado de mis pies, intuyo la aparición de una ampolla en el lateral interno del talón de cada pie, lo que me lleva a pensar que quizá he cometido de nuevo, como el año pasado, un grave error al elegir las zapatillas. Llevaba todo el verano entrenando con unas Asics Trail Atack que me habían ido de maravilla, ninguna ampolla, ninguna molestia...pero no me atrevía a correr los 100 kms enteros con ellas, y como mi ultima adquisición, las Adidas Kanadia, si que me habían dado problemas y no me terminaban de convencer, decidí apostar a ultima hora por correr hasta Manzanares (km 42) con las zapas con las que corrí la maratón de Madrid. Extraña apuesta. Lo que no puedes ser...no puede ser..
12:05 Colmenar Viejo-Puente Medieval (Km 27-Km 34)
Nos hemos pasado con el descanso. Me pongo en marcha sabiendo que no llegaremos al Puente Medieval a la hora estipulada (12:35), pero todavía hay mucha carrera así que no me quiero agobiar, que para agobiar ya tenemos al puñetero sol calentando. Atravieso el pueblo de Colmenar Viejo por un recorrido diferente al del año pasado. En una de las calles me encuentro con Jan, charlamos un ratillo andando ligeritos y por supuesto el tema del calor centra casi toda nuestra conversación. Tras unos minutos y viendo que David se me escapa y mi chuleta me quema en el bolsillo, me despido y arranco otra vez a correr.
Llego al Puente Medieval a las 12:55, sello, vaso de coca-cola, gel, botellita de agua para el camino y a por uno de mis destinos favoritos, Manzanares el Real.

Llego al Puente Medieval a las 12:55, sello, vaso de coca-cola, gel, botellita de agua para el camino y a por uno de mis destinos favoritos, Manzanares el Real.
13:05 Puente Medieval-Manzanares el Real (Km 34-Km 42)


- ¿Vas bien?
Su respuesta afirmativa no me convence, pero le veo serio y concentrado bajando y no quiero agobiarle. Me paro y espero a que me alcance.
- Venga, vamos, que ya casi llevamos un maratón y en Manzanares nos espera una ensalada de pasta.
Vuelvo a trotar esperando que en algún momento me adelante pero no sucede y cada vez me distancio más. Esto sigue sin cuadrarme. ¿¿¿¿David detrás de mi???? Aquí pasa algo raro. Me detengo y espero a que llegue. Cuando apenas nos separan unos metros veo su cara y ya se lo que pasa. La sra. pájara le ha visitado. Se siente muy débil y por un momento temo que se vaya a marear. Se toma un gel y vamos andando el resto de la etapa a la espera de que mejore. Llegamos a Manzanares a las 14:15. Sellamos y nos vamos hacia mi coche.
Dejé esta mañana el coche en este punto con pasta para reponer fuerzas por si necesitábamos y con mi recambio de zapatillas. David parece necesitar su tiempo para recuperarse, apenas me habla, se sienta y creo que está realmente preocupado por si no podemos seguir. Le insto a comer algo. Yo también lo hago. Una ensalada de pasta a la sombra bajo un árbol en estos momentos es gloria bendita.
Lo que no es gloria y menos bendita es lo que me encuentro cuando termino de comer y me cambio de zapatillas. Mi intuición en Colmenar no falló y efectivamente llevo una ampolla de tamaño considerable en cada talón del pie, pero como yo no vine aquí a que dos ampollas me tumbaran y David ya me sonríe mientras me ofrece dos Compeed, me calzo las otras zapatillas y llega la hora de levantar el chiringuito. Partimos hacia el ecuador de la carrera: Mataelpino.
14:53 Manzanares el Real-Mataelpino (Km 42-Km 50)
La idea original e ideal hubiera sido hacer esta etapa prácticamente toda corriendo. Este es otro de los caminos que más frecuento y lo conozco como la palma de mi mano, pero resulta imposible dado el calor que hace y sobretodo el dolor que me producen las ampollas a cada paso. De repente el mal humor me invade. Chiquito de la calzada correría mejor que yo en estos momentos.
- ¿Como he podido cometer otra vez un error así eligiendo las zapatillas? Parezco idiota.
David se gira y trata de tranquilizarme. Decidimos andar. Pero él acelera y se coloca unos metros por delante dejándome sola con mis pensamientos. Imagino que ya me conoce y además esta mañana le advertí de algo que no puedo evitar..."el cansancio me vuelve muy irritable, tremendamente irritable y desagradable con quienes tengo al lado, así que por favor, no te lo tomes como algo personal si ocurre".
Después de abandonar mi pensamiento obsesivo sobre lo sucedido con las zapatillas me doy cuenta que poco a poco parece que el dolor de las ampollas va disminuyendo, el cuerpo es muy sabio y termina casi inhibiéndolo. Me arranco otra vez a correr aprovechando que viene casi un kilómetro cuesta abajo pero la alegría dura poco...de repente siento nauseas, el calor es inaguantable y voy empapada en sudor, no hay ninguna sombra, el reloj me aprieta demasiado la muñeca...Miro mis manos...mis dedos parecen morcillas.
- David, ¿tienes hinchadas las manos?
- ¡Anda! Debe ser del calor y de llevar los brazos hacia abajo.
Debe ser...pero sea por lo que sea me encuentro realmente mal. Las nauseas no desaparecen y van a más. Acabo vomitando. Supongo que me ha dado un corte de digestión o algo parecido. Menos mal que apenas quedan un par de kilómetros para llegar a Mataelpino. Subimos una empinada cuesta que hay al entrar en el pueblo y entramos en la plaza sobre las 16:08. Sonrío al fotógrafo que nos hace unas fotos allí mismo y un poco mareada me siento en una silla que hay a la sombra. Es hora de valorar la situación y ver en que condiciones podemos seguir, sobretodo yo si no se me pasa este malestar.
- ¿Como he podido cometer otra vez un error así eligiendo las zapatillas? Parezco idiota.
David se gira y trata de tranquilizarme. Decidimos andar. Pero él acelera y se coloca unos metros por delante dejándome sola con mis pensamientos. Imagino que ya me conoce y además esta mañana le advertí de algo que no puedo evitar..."el cansancio me vuelve muy irritable, tremendamente irritable y desagradable con quienes tengo al lado, así que por favor, no te lo tomes como algo personal si ocurre".
Después de abandonar mi pensamiento obsesivo sobre lo sucedido con las zapatillas me doy cuenta que poco a poco parece que el dolor de las ampollas va disminuyendo, el cuerpo es muy sabio y termina casi inhibiéndolo. Me arranco otra vez a correr aprovechando que viene casi un kilómetro cuesta abajo pero la alegría dura poco...de repente siento nauseas, el calor es inaguantable y voy empapada en sudor, no hay ninguna sombra, el reloj me aprieta demasiado la muñeca...Miro mis manos...mis dedos parecen morcillas.
- David, ¿tienes hinchadas las manos?
- ¡Anda! Debe ser del calor y de llevar los brazos hacia abajo.
Debe ser...pero sea por lo que sea me encuentro realmente mal. Las nauseas no desaparecen y van a más. Acabo vomitando. Supongo que me ha dado un corte de digestión o algo parecido. Menos mal que apenas quedan un par de kilómetros para llegar a Mataelpino. Subimos una empinada cuesta que hay al entrar en el pueblo y entramos en la plaza sobre las 16:08. Sonrío al fotógrafo que nos hace unas fotos allí mismo y un poco mareada me siento en una silla que hay a la sombra. Es hora de valorar la situación y ver en que condiciones podemos seguir, sobretodo yo si no se me pasa este malestar.
16:35 Mataelpino-La Barranca (Km 50-Km 58)
Es increíble, esta carrera es como una tortilla y la mía se ha dado la vuelta. Estamos camino de La Barranca a paso muy ligero y trotando las cuestas abajo, no siento que me duela nada, el mareo desapareció, mis dedos recuperaron su estado normal e incluso estoy de buen humor...
Después de vegetar un rato en la plaza de Mataelpino, mi compi decidió que era más glamouroso seguir descansando y reflexionar sobre nuestra continuidad en la carrera sentados en una terraza que junto al contenedor de basura. Así que para allá que nos fuimos a tomar un café solo con hielo. Y que tendría ese café, mamma mía!!! Drogaina pura! En cuanto me hizo efecto ni me acorde de que me estaba planteando dejar allí mi aventura. Cogí mis trastos y hala...a seguir.
Así que ahora estamos a tan solo unos kilómetros del siguiente punto de control, precisamente los kilómetros que más se me atragantaron el año pasado, pero como yo voy enajenada por la cafeína, de atragantar nada. Es más, voy feliz como una perdiz echando cálculos con mi chuleta en la mano mientras David camina delante.
Me haría falta un milagro para conseguir mi reto pero mientras llega, lo que sí puede ayudar es detenernos poco o casi nada en los próximos puntos de control. En mi estrategia particular siempre tuve claro que a partir de Cercedilla si me quedaban 6 horas para los últimos 38 kms tendría casi asegurado lograrlo. Ahora por lo que veo, si con suerte salimos de Cercedilla a las 19:00 tendremos 5 horas, lo que obligará a correr bastantes kilómetros del final, cuando precisamente las piernas y los pies irán ya muy cansados. Difícil se ha puesto la cosa pero nadie dice imposible.
Termino de contarle a David mis pájaros en la cabeza cuando llegamos al avituallamiento de La barranca. Son las 17:57. A tiempo para sellar, vaso de coca-cola (cafeína, cafeína!!!), coger la botella de agua y enfrentarnos a la etapa más fácil de todo el recorrido...
Es increíble, esta carrera es como una tortilla y la mía se ha dado la vuelta. Estamos camino de La Barranca a paso muy ligero y trotando las cuestas abajo, no siento que me duela nada, el mareo desapareció, mis dedos recuperaron su estado normal e incluso estoy de buen humor...
Después de vegetar un rato en la plaza de Mataelpino, mi compi decidió que era más glamouroso seguir descansando y reflexionar sobre nuestra continuidad en la carrera sentados en una terraza que junto al contenedor de basura. Así que para allá que nos fuimos a tomar un café solo con hielo. Y que tendría ese café, mamma mía!!! Drogaina pura! En cuanto me hizo efecto ni me acorde de que me estaba planteando dejar allí mi aventura. Cogí mis trastos y hala...a seguir.
Así que ahora estamos a tan solo unos kilómetros del siguiente punto de control, precisamente los kilómetros que más se me atragantaron el año pasado, pero como yo voy enajenada por la cafeína, de atragantar nada. Es más, voy feliz como una perdiz echando cálculos con mi chuleta en la mano mientras David camina delante.
Me haría falta un milagro para conseguir mi reto pero mientras llega, lo que sí puede ayudar es detenernos poco o casi nada en los próximos puntos de control. En mi estrategia particular siempre tuve claro que a partir de Cercedilla si me quedaban 6 horas para los últimos 38 kms tendría casi asegurado lograrlo. Ahora por lo que veo, si con suerte salimos de Cercedilla a las 19:00 tendremos 5 horas, lo que obligará a correr bastantes kilómetros del final, cuando precisamente las piernas y los pies irán ya muy cansados. Difícil se ha puesto la cosa pero nadie dice imposible.
Termino de contarle a David mis pájaros en la cabeza cuando llegamos al avituallamiento de La barranca. Son las 17:57. A tiempo para sellar, vaso de coca-cola (cafeína, cafeína!!!), coger la botella de agua y enfrentarnos a la etapa más fácil de todo el recorrido...
18:03 La Barranca-Cercedilla (Km 58-Km 64)
...6 kms hasta Cercedilla, casi todos de bajada y que incluyen 3 de asfalto, que aunque machaca las plantas de los pies y rodillas, por lo menos permite llevar un paso más alegre de carrera. Y con dicho paso conseguimos alcanzar el polideportivo de Cercedilla a las 18:52. Allí nos espera nuestra amiga Patricia.
Llego sin hambre y sin ganas de probar la paella que sirven. Además, en cuanto me paro aparecen de golpe el cansancio y uno por uno todos los dolores y molestias que se acumulan en mi cuerpo. Entonces lo veo claro. Aquí hay que echar un órdago.
- David, creo que es mejor que apenas paremos. No voy ni a quitarme los calcetines. Que sea lo que Dios quiera con mis ampollas. Yo por mi, me cambio de camiseta aquí mismo, cojo el cortavientos y salimos pitando.
Al pobre no le dejo casi ni sentarse, ni terminarse la paella.

Llego sin hambre y sin ganas de probar la paella que sirven. Además, en cuanto me paro aparecen de golpe el cansancio y uno por uno todos los dolores y molestias que se acumulan en mi cuerpo. Entonces lo veo claro. Aquí hay que echar un órdago.
- David, creo que es mejor que apenas paremos. No voy ni a quitarme los calcetines. Que sea lo que Dios quiera con mis ampollas. Yo por mi, me cambio de camiseta aquí mismo, cojo el cortavientos y salimos pitando.
Al pobre no le dejo casi ni sentarse, ni terminarse la paella.
19:12 Cercedilla-Calzada Romana (Km 64-Km 71)
Esta etapa, una vez sales del pueblo, no deja respiro. Una fuerte pendiente de asfalto sin repechos ni nada que se le parezcan. A la hora de planear mi carrera di por imposible correr hasta el puerto de la Fuenfría, así que a paso ligero calentando gemelos la subimos. David mejor que yo. De hecho me lleva un buen trecho por delante. A pesar de ello, mi chuleta reza un ritmo de 11'/km pero mi gps me canta con alegría que voy a algo menos de 10'/km lo que pone en marcha de nuevo mis neuronas matemáticas. Todavía podemos, pero necesitaré sufrir bastante.
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Este año tenemos suerte, la temperatura es muy buena, no parece que vaya a hacer frío de noche y apenas sopla el viento. Empieza a oscurecer lentamente y una vez dejo mis números me concentro en disfrutar del atardecer en la montaña, de sus colores, olores y sonidos. Y sin darme cuenta, con los últimos rayos de sol, llego al punto de control de la Calzada Romana sellando a las 20:30.


Este año tenemos suerte, la temperatura es muy buena, no parece que vaya a hacer frío de noche y apenas sopla el viento. Empieza a oscurecer lentamente y una vez dejo mis números me concentro en disfrutar del atardecer en la montaña, de sus colores, olores y sonidos. Y sin darme cuenta, con los últimos rayos de sol, llego al punto de control de la Calzada Romana sellando a las 20:30.
20:35 Calzada Romana-Fuenfria (Km 71-Km 78)
Después de colocarme la gorra y el frontal a lo Frank de la jungla y sacar mis bastones, empiezo a subir los 7 kilómetros que me separan del punto más alto del recorrido con 1793 metros de altitud. En seguida me doy cuenta de que no va a ser fácil llegar allí en una hora si solo andamos así que aprovechamos algunos repechos para correr... pero no es suficiente. Poco a poco veo como mi reto, que estaba tocando con la punta de los dedos...se me escapa.
A pesar de ello soy consciente de lo bien que voy respecto a la edición anterior, y no solo por el tiempo, si no por el ánimo y el estado físico. Tengo ganas de seguir, estoy contenta y disfrutando de mi carrera con David, y aunque noto cansancio y las plantas de los pies me duelen continuo ilusionada, así que no lograr mi reto no me importa.
De pronto recuerdo lo que nos espera en la Fuenfría...¡¡¡un caldito!!!! Frotándome las manos a la espera de este elixir llego al punto de control a las 22:02. Pero mi gozo en un pozo. No hay caldito. Me dicen que lo están calentando....
Después de colocarme la gorra y el frontal a lo Frank de la jungla y sacar mis bastones, empiezo a subir los 7 kilómetros que me separan del punto más alto del recorrido con 1793 metros de altitud. En seguida me doy cuenta de que no va a ser fácil llegar allí en una hora si solo andamos así que aprovechamos algunos repechos para correr... pero no es suficiente. Poco a poco veo como mi reto, que estaba tocando con la punta de los dedos...se me escapa.
A pesar de ello soy consciente de lo bien que voy respecto a la edición anterior, y no solo por el tiempo, si no por el ánimo y el estado físico. Tengo ganas de seguir, estoy contenta y disfrutando de mi carrera con David, y aunque noto cansancio y las plantas de los pies me duelen continuo ilusionada, así que no lograr mi reto no me importa.
De pronto recuerdo lo que nos espera en la Fuenfría...¡¡¡un caldito!!!! Frotándome las manos a la espera de este elixir llego al punto de control a las 22:02. Pero mi gozo en un pozo. No hay caldito. Me dicen que lo están calentando....
....pero... ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡hay magdalenas!!!!!!!!
Cojo dos sin que me vean mientras otro participante protesta porque solo de dan una, y salgo pintando a por la penúltima etapa.
22:09 Fuenfria-Cruz de la Gallega (Km78-Km90)
Ya solo quedan 24 kilómetros hasta Segovia. El próximo punto de control está a 12 y son prácticamente todos de bajada. David y yo nos miramos:
- A correr, ¿no?
Pliego los bastones, me los cuelgo de la mochila y a correr se ha dicho. Bueno, quien dice correr... Teniendo en cuenta que yo en condiciones normales no soy muy rápida, que ahora llevo 78 kms en las piernas, que es de noche y mi frontal ilumina poco y que aunque el camino es cuesta abajo, está lleno de piedras que me machacan las ampollas de los pies...un ritmo entre 6'00'' y 6'30'' no esta nada mal. Vamos, que todavía no me lo creo.
Y de esta forma vamos bajando, bajando...y mirando, mirando mi gps...y los kilómetros...¿pasando? De pronto no se que ocurre que el tiempo pasa y los kilómetros no, me empieza a entrar un aburrimiento tremendo y la tortilla vuelve a darse la vuelta. Otra vez el mal humor y el cansancio. Alcanzo a David que iba delante y se lo cuento. Decidimos andar un rato. Pienso en los casi 20 kilómetros que nos quedan hasta la meta y me agobio. Hasta me entra calor. Me quito el cortavientos y me lo ato a la cintura cuando recuerdo que llevo el Mp3. Creo que es el momento de abstraerme un poco. Me enchufo a la música y volvemos a correr....Esto es otra cosa.
El cansancio es tremendo y puede tener efectos increíbles en la mente y en el cuerpo si pierdes de vista tu objetivo en estas carreras. Poco nos falta para llegar a la Cruz de la Gallega, punto en el que el año pasado, a falta de 11 kms para terminar, tuve tantas ganas de abandonar. Yo he salido de ese bache en el que me había metido pero cuando veo que David se detiene a pocos metros para seguir andando algo me dice que ahora es él el que a sucumbido.
- Estoy hasta las...
En efecto, me dice que va bien, pero que le duelen las plantas de los pies y que tiene ganas de que esto termine. Me recuerda a mí hace un año. Llegamos a la Cruz de la Gallega a las 23:30.
- ¿Y si pedimos un taxi?
Se que lo dice en broma, que esto no lo deja aquí ni loco, así que apenas le hago caso. Nos tomamos el café calentito que nos ofrecen, sellamos y mientras gritamos que "¡esto esta hecho!" salimos trotando hacia nuestro último destino...¡el acueducto de Segovia!
Cojo dos sin que me vean mientras otro participante protesta porque solo de dan una, y salgo pintando a por la penúltima etapa.
22:09 Fuenfria-Cruz de la Gallega (Km78-Km90)

- A correr, ¿no?
Pliego los bastones, me los cuelgo de la mochila y a correr se ha dicho. Bueno, quien dice correr... Teniendo en cuenta que yo en condiciones normales no soy muy rápida, que ahora llevo 78 kms en las piernas, que es de noche y mi frontal ilumina poco y que aunque el camino es cuesta abajo, está lleno de piedras que me machacan las ampollas de los pies...un ritmo entre 6'00'' y 6'30'' no esta nada mal. Vamos, que todavía no me lo creo.
Y de esta forma vamos bajando, bajando...y mirando, mirando mi gps...y los kilómetros...¿pasando? De pronto no se que ocurre que el tiempo pasa y los kilómetros no, me empieza a entrar un aburrimiento tremendo y la tortilla vuelve a darse la vuelta. Otra vez el mal humor y el cansancio. Alcanzo a David que iba delante y se lo cuento. Decidimos andar un rato. Pienso en los casi 20 kilómetros que nos quedan hasta la meta y me agobio. Hasta me entra calor. Me quito el cortavientos y me lo ato a la cintura cuando recuerdo que llevo el Mp3. Creo que es el momento de abstraerme un poco. Me enchufo a la música y volvemos a correr....Esto es otra cosa.
El cansancio es tremendo y puede tener efectos increíbles en la mente y en el cuerpo si pierdes de vista tu objetivo en estas carreras. Poco nos falta para llegar a la Cruz de la Gallega, punto en el que el año pasado, a falta de 11 kms para terminar, tuve tantas ganas de abandonar. Yo he salido de ese bache en el que me había metido pero cuando veo que David se detiene a pocos metros para seguir andando algo me dice que ahora es él el que a sucumbido.
- Estoy hasta las...
En efecto, me dice que va bien, pero que le duelen las plantas de los pies y que tiene ganas de que esto termine. Me recuerda a mí hace un año. Llegamos a la Cruz de la Gallega a las 23:30.
- ¿Y si pedimos un taxi?
Se que lo dice en broma, que esto no lo deja aquí ni loco, así que apenas le hago caso. Nos tomamos el café calentito que nos ofrecen, sellamos y mientras gritamos que "¡esto esta hecho!" salimos trotando hacia nuestro último destino...¡el acueducto de Segovia!
23:37 Cruz de la Gallega-Segovia (Km 90-Km 102)

Nos vamos alternando en momentos de bajón, agotamiento y mal humor. Cuando uno protesta el otro anima y al poco tiempo es al contrario.
Cuando apenas llevamos 3 kilómetros corriendo decidimos parar y seguir andando. Las piernas y el fondo parece que nos aguantarían pero el dolor en las plantas de los pies...
Cuando estamos recorriendo el ultimo kilómetro de tierra antes de adentrarnos en las calles de Segovia, van apareciendo algunas personas en medio de la oscuridad que nos animan. Algunos son de la organización otros vienen a esperar a algún corredor, pero todos tienen palmas y voz para repartirnos ánimos a los demás y me emociona. Yo les aplaudo a ellos.
Por fin pisamos acera.
- Tan solo 2, vamos a correr. Hay que entrar como se merece.
Empezamos a correr pero no se que me pasa. No puedo. El año pasado llegue en peor estado pero recorrí esta calles trotando. Ahora no puedo.
Avanzamos andando y resoplando. Le cuento a mi compañero que creo que es tal la fatiga en estas carreras...que nada de pelos como escarpias ni lágrimas ni nada a la llegada...Pero en cuanto termino de decir esto...cuando estamos en la calle que va a dar a la plaza del acueducto... oigo aplausos, voces, música...
- Vamos. ¡Que ya llegamos! ¡¡¡¡Lo hemos logrado!!!!!
No se que hora es pero siento que lo he conseguido, que llego a mi hora. Y la emoción me llega. ¡Claro que me llega! Y corro y corro como no he corrido en toda la carrera, y por un momento me olvido hasta de mi compi (que me perdone), y levanto los brazos, veo el portalón de llegada y lo cruzo emocionada. Lo he vuelto a hacer. Me siento muy satisfecha y me abrazo a David.
- Hemos hecho buen equipo, ¿no?
De 1000 participantes en la III edición de los 100 kms Madrid-Segovia, cruzamos el acueducto 578 en la categoría de corredores. Yo llegué alrededor de la 01:21, con el cuerpo machacado, un cansancio tremendo, sin cumplir mi reto pero pegándole un bocado a mi marca del año pasado de casi 4 horas y media, y lo que es más importante...esta vez llegué con ganas de más... y sabiendo que por experiencias como esta...es por lo que corro.